México, DF. La Dirección General de Servicios Médicos y Urgencias de la Secretaría de Salud del Distrito Federal cuenta con dos clínicas de atención a pacientes con adicciones que representan una alternativa para reducir la mortalidad de personas con uso, abuso y dependencia a alcohol, tabaco y otras drogas.

Esta labor se lleva a cabo a través del Centro de Atención Toxicológica Xochimilco y la Clínica Hospital de Especialidades Toxicológicas Venustiano Carranza.

Raúl Fernández Joffre, director de la Clínica Hospital de Especialidades Toxicológicas Venustiano Carranza, explicó que ello obedece a que en estos centros se trabajan diferentes procesos desde que llega el paciente intoxicado, con supresión, complicaciones, daño orgánico, por el consumo experimental, habitual, compulsivo con o sin dependencia.

Señaló que el 75 por ciento de los pacientes que atiende el Centro de Atención Toxicológica Venustiano Carranza son a causa de adicción al alcohol y regularmente también son consumidores de otras sustancias, el resto se divide en tabaco y drogas como mariguana, cocaína e inhalables.

Fernández Joffre resaltó que la Clínica Hospital a su cargo registra una mortalidad de pacientes baja porque “insistimos siempre hay la oportunidad de traer al paciente. O sea, atender a tiempo para poder hacer algo”.

No obstante la mortalidad baja que se registra en esta Clínica Hospital, hay casos en los que los pacientes quedan con daño orgánico y discapacidad, como ceguera irreversible o parálisis motora. De ahí, dijo, la necesidad de hacer conciencia de que todas las drogas pueden ser mortales u ocasionar un daño discapacitante.

Las adicciones se dividen en uso, abuso y dependencia. El uso se asocia con una fase experimental, en la que existen casos en los que personas mueren o quedan con un daño físico permanente. Si no es el caso, entran a un proceso de uso habitual.

El abuso corresponde al consumo compulsivo a dosis extremas para sentir el mayor efecto de la sustancia; hay etapas. La primera es la intoxicación, que comprende a su vez tres tipos, la primera, leve; la segunda, moderada, en la que hay pérdida del razonamiento del juicio y equilibrio y la tercera, severa, en la que se pierde el control de los reflejos, se puede sufrir bronco-aspiración y existen alteraciones críticas de las funciones vitales como arritmias, infartos, insuficiencia respiratoria y renal, entre otras.

Le sigue la etapa de dependencia –farmacodependencia-, que es cuando el organismo ya ha hecho “identidad”, es decir, tolerancia a la sustancia, acostumbrándose a tener su efecto en el sistema nervioso.

Este efecto lo producen sustancias que son depresoras y con mayor intensidad estimulantes. En el caso del alcohol se da el proceso de “depresión de depresiones”. Una vez que el organismo ya acostumbró estas alteraciones, dentro de esta etapa también existen diferentes grados de dependencia: leve, moderada y severa.

Fernández Joffre especificó que las sustancias por orden de frecuencia son alcohol, tabaco, mariguana, cocaína y otras. Los inhalables es la droga alternativa a todas, puede ubicarse en cualquier lugar de la lista. Cuando el usuario no tiene alguna de las sustancias antes mencionadas, los inhalables son la alternativa, sin que ello tenga que ver con el nivel socioeconómico, pues no es exclusivo de personas adictas en situación de vulnerabilidad.

Consideró los inhalables como un problema fuerte de salud pública, porque es una sustancia de uso industrial y doméstico de portación legal, “fácil de conseguir y más económica, no obstante que los efectos son muy graves en los diferentes órganos y sistemas del organismo como el sistema nervioso. Éstos producen atrofia de la corteza cerebral, arritmias y neumopatías -padecimientos del pulmón- que llevan al paciente a daño orgánico, discapacidad y muerte prematura.

Comentó que si bien el asunto de las drogas está relacionado con factores socioeconómicos, también lo está con elementos de comorbilidad de otro tipo y que se presentan también en todos los grupos sociales, sin respetar edad, genero ni condición económica. Por ejemplo, aspectos en el área de la psiquiátrica, como trastorno de déficit de atención hiperactivo, entre otros.

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