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Última actualización [02/07/2006]



Factores genéticos para el alcoholismo aparecen en los más jóvenes




E.J. Mundell

ESTADOS UNIDOS
En niños de 12 años, los que necesitaban beber más para embriagarse se enfrentaban al mayor riesgo

El primer estudio de su tipo ha hallado que niños a una edad tan temprana como los 12 años pueden mostrar una tendencia genética hacia el alcoholismo.

Al tratar de confirmar que los genes influyen sobre la respuesta del organismo al alcohol, es decir la cantidad necesaria para alcanzar el estado de embriaguez, científicos hallaron que los niños de 12 años que necesitaban consumir una mayor cantidad de tragos para llegar al estado de euforia deseado tenían más probabilidades de estar en vía de desarrollar problemas con la bebida.

"Varias cosas pueden contribuir al riesgo de alcoholismo, y una de ellas es ser un ''saco sin fondo'', esa resistencia relativa a los efectos del alcohol. El sentido común nos dice que si esas personas beben para sentir los efectos, beberán más y pasarán más tiempo con quienes más beban, perpetuando de esta manera el alto nivel de bebida", explicó el investigador líder, Dr. Marc Schuckit, profesor de psiquiatría de la Facultad de Medicina de San Diego de la Universidad de California.

Schuckit presentó los hallazgos, publicados en la edición de julio del The Journal of Studies on Alcohol, en una rueda de prensa especial sobre la dependencia al alcohol realizada en la ciudad de Nueva York y auspiciada por la American Medical Association.

Otro investigador también presentó hallazgos que mostraban que menos del 1 por ciento de los afiliados a planes de salud en los EE.UU. se le diagnostica alcoholismo o problemas con la bebida, a pesar de que los expertos calculan que hasta el 5 por ciento de los estadounidenses sufren de algún tipo de problema con la bebida que podría mejorar con tratamiento.

De todos modos, el estudio de Schuckit se enfocó en las causas principales del alcoholismo. Aseguró que en este momento los expertos calculan que los factores genéticos son responsables por el 60 por ciento de la enfermedad, junto con el ambiente, en especial los factores como los patrones de bebida de los adolescentes y los adultos jóvenes, que constituyen el 40 por ciento restante.

El trabajo anterior con adultos mayores de 18 años sugería que los bebedores "con baja respuesta al alcohol", es decir, los que necesitan beber más para sentirse embriagados, estaban en el mayor riesgo de problemas. La hipótesis de Schuckit es que si este efecto genético era en realidad clave para los problemas con la bebida, debería presentarse incluso en los más jóvenes.
Su equipo examinó la información de un estudio continuo del Reino Unido que observó (entre otras cosas) los patrones de bebida de más de 1,000 niños entre 12 y 13 años. Según el estudio, 80 de esos niños (de los cuales casi tres tercios eran varones) informó consumir alcohol un promedio de cinco veces más en comparación con los seis meses anteriores y un número máximo promedio de bebidas consumidas de un sólo tirón fijado por encima de tres.

"Cuando los niños comienzan a beber, no lo hacen por el sabor sino por los efectos", señaló Schuckit. Además, al igual que se observó en los adultos jóvenes, su equipo halló "una correlación entre el nivel de respuesta [de los niños de doce años], es decir, cuántas bebidas eran necesarias para sentir los efectos, y la cantidad máxima de bebidas consumidas".

Esta respuesta al alcohol dirigida por los genes también se relacionaba con la frecuencia de las borracheras y lo que los investigadores llaman una "tendencia" hacia los problemas relacionados con el alcohol.

Los investigadores de California recalcaron que los genes que hacen que alguien necesite beber más para embriagarse no son la causa del abuso del alcohol, aunque sí aumentan el riesgo.

"Si uno se dice a sí mismo ''bueno, nunca voy a consumir más de tres tragos en un periodo de 24 horas'', entonces una respuesta baja es irrelevante, pues no afectará de ninguna manera su riesgo de alcoholismo", explicó.

"Lamentablemente, creo que la mayoría de la gente lo que dice es "oye, vayamos a emborracharnos esta noche", sostuvo Schuckit "En esos casos, los niños con baja respuesta son los más propensos a beber mucho más".
Otro experto también señaló que la resistencia de un joven al alcoholismo se reduce rápidamente a medida que el alcohol transforma el cerebro vivo.

"La exposición continuada a niveles altos de alcohol en la sangre (beber intensamente a diario) causa cambios en las regiones del cerebro que regulan las emociones y la motivación", explicó el Dr. Mark Willenbring de la División de Investigación sobre el Tratamiento y la Recuperación del National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism.

Esto significa que aún si los jóvenes comienzan a reconocer que tienen un problema, su deseo de beber podría superar su capacidad cognitiva para cambiar, aseguró.

Ahí es donde las intervenciones terapéuticas resultarían sumamente útiles, por supuesto, pero un segundo estudio halló que apenas a un número muy pequeño, el 0.06 por ciento, de los que se han inscrito en más de 250 planes de salud del país se le diagnostican problemas de bebida o alcoholismo.

En realidad, según los expertos, entre el 4 y el 5 por ciento de los afiliados a estos planes están probablemente afectados por problemas con el abuso del alcohol.
El Dr. Eric Goplerud, investigador del Centro Médico de la Universidad George Washington de Washington D. C., señaló que la detección y diagnóstico de las tasas de alcoholismo están por debajo de las de otros problemas de salud.

"Aún así, aceptamos índices bajos de identificación y tratamiento", aseguró en una declaración preparada. "Nuestro enfoque hacia el tratamiento del alcoholismo no se parece en nada a lo que esperamos y exigimos para el tratamiento de la diabetes, la hipertensión arterial, el asma o casi cualquier otro problema de salud.

Más información
Para saber más acerca de las causas y tratamientos de los problemas con la bebida, diríjase al National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism .

Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare
(FUENTES: Marc Schuckit, M.D., professor, psychiatry, Veterans Affairs San Diego HealthCare System, and the University of California, San Diego Medical School; Mark Willenbring, M.D., director, Division of Treatment and Recovery Research, National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism, Bethesda, Md.; July 21, 2005, press briefing, American Medical Association, New York City)
E.J. Mundell
Reportero de HealthDay
Jueves 21 de Julio (HealthDay News/HispaniCare)

FUENTE: Healthfinder/Centro Nacional de Información de la Salud, Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos.
http://www.healthfinder.gov/news/newsstory.asp?docID=527007