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Última actualización [18/08/2009]



Asociación entre el consumo inmoderado de alcohol y la infección por virus de inmunodeficiencia humana


PERU

El Instituto Nacional de Abuso de Alcohol y Alcoholismo (NIAAA) de los Estados Unidos de América reporta que las personas con desórdenes de consumo de alcohol tienen mayor probabilidad de contraer infección por VIH y otras enfermedades de transmisión sexual que la población general1, debido a su asociación con conductas sexuales de riesgo, tales como múltiples parejas sexuales, relaciones sexuales sin protección, relaciones con trabajadoras sexuales y sexo a cambio de alcohol o drogas2.

 

Asimismo, personas con la infección por VIH son más propensas a consumir mayores cantidades de alcohol1, lo que puede dificultar la adherencia para la terapia anti-retroviral3,4.

 

Diversas sustancias, entre ellas el alcohol, pueden actuar como modificadores de la conducta sexual, haciendo que los consumidores tengan mayores niveles de relaciones sexuales no protegidas muy próximas al uso de la sustancia5,6. Siendo en nuestro país la relación entre el consumo de alcohol y la infección por VIH aún poco conocida, se realiza el presente estudio con el propósito de evaluar la asociación entre el consumo de alcohol y la infección por VIH, buscando ampliar los conocimientos acerca de un factor asociado importante para la transmisión.

 

Pacientes y Métodos

Diseño. Estudio observacional analítico, de tipo caso-control, empleando casos de infección por VIH, reportados en el Departamento de Enfermedades Infecciosas, Tropicales y Dermatológicas del Hospital Nacional Cayetano Heredia (Lima, Perú), durante el lapso entre agosto del 2003 y diciembre del 2004, deanera constante e ininterrumpida.

 

Tamaño de muestra. Para el cálculo del tamaño de muestra se consideró que la proporción de consumo de alcohol en la población no infectada por VIH en Perú fue de 21%7 y que la proporción del consumo de alcohol en el grupo infectado por VIH fue del 35%1,8.

 

Además, utilizando un nivel de confianza del 95% y un poder del 80%, se obtuvo el número de muestras de 197 casos y 197 controles.

 

Criterios de selección. Los pacientes fueron enrolados de consultorios externos y del servicio de hospitalización.

 

Los casos cumplieron los siguientes criterios de selección: pacientes entre 18 y 60 años de edad, con infección por VIH diagnosticada por ELISA y confirmada por Western Blot o Inmunofluorescencia

 

Indirecta (IFI). Por otro lado, los controles fueron todos los pacientes de consultorios externos y del servicio de hospitalización, entre 18 y 60 años que acudieron por otra enfermedad, seronegativos para la infección por VIH. Se excluyeron aquellos participantes con antecedente de consumo de drogas, enfermedad psiquiátrica o con discapacidad intelectual para decidir, así como los que no firmaron el consentimiento informado. A cada potencial participante se le entregó el consentimiento informado para lectura. Luego de aceptada la participación en el estudio y firmado el documento, se procedió a realizar el cuestionario. Finalizados los mismos, se colocaba la ficha con todos los datos en un sobre cerrado hasta el proceso de digitación y análisis.

 

Materiales. Se utilizó un cuestionario compuesto de tres partes: datos demográficos, datos de conducta sexual, y la Prueba Diagnóstica de Alcoholismo Latinoamericana Versión Larga (PDAL-VL) (Anexo 1). Por cada una de las 13 preguntas de la prueba sobre alcoholismo se obtenía un puntaje igual a uno (1) si la respuesta era afirmativa y cero (0), por respuesta negativa9; construyéndose de esta manera una escala de diagnóstico utilizada en este estudio: no alcoholismo (0-4), sospecha de alcoholismo (5-7) y alcoholismo (8-13).

 

Análisis estadístico. Se creó una base de datos en una hoja de cálculo de Microsoft Excel, la cual fue trasladada para el análisis estadístico especializado a SPSS 11.0 (SPSS Inc, Chicago IL, E.U.A). La prueba ?2 fue utilizada para evaluar la asociación de variables categóricas, incluido el consumo de alcohol, con la infección por VIH. Posteriormente, se procedió al cálculo univariado de los Odd Ratios (OR) a través del análisis de regresión logística condicional (ajustado por edad y sexo). Con aquellas variables que mostraron asociación (p < 0,10) se construyó una serie de modelos multivariados, de los cuales se escogió el mejor de acuerdo al Likelihood Ratio, tomando un p < 0,05 como significativo y un intervalo de confianza (IC) a 95%.

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Resultados

De los 440 casos elegibles, 198 cumplían con los criterios de inclusión en el estudio y cada uno fue emparejado con un control del mismo sexo y edad ± 2 años. La proporción de varones en ambos grupos fue de 62,1% mientras que la edad promedio fue de 34,2 ± 9,5 años.

 

Variables sociodemográficas. Se encontró que el lugar de nacimiento en Lima (p < 0,01) y el ingreso económico menor a un salario mínimo vital* (p < 0,001) estaban asociadas a la infección por VIH (Tabla 1).

Conductas sexuales. La orientación sexual (p < 0,001), las relaciones sexuales con personas recientemente conocidas (p < 0,01) y la práctica de relaciones sexuales anales (p < 0,001) estuvieron asociados a la infección por VIH (Tabla 2).

Consumo de alcohol. Evaluado por el resultado de los cuestionarios aplicados, el consumo de alcohol mostró asociación con la infección por VIH (p < 0,001) (Tabla 3).

El análisis bivariado demostró que el lugar de nacimiento, el ingreso económico, la orientación sexual, las relaciones sexuales con personas recientemente conocidas, la práctica de relaciones sexuales anales, así como el consumo de alcohol, fueron factores asociados. El modelo multivariado final mostró que el ingreso económico (p < 0,001), la orientación sexual (p < 0,001) y el consumo de alcohol (p < 0,001) se comportaron como factores independientes asociados a la infección por VIH (Tabla 4).

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Discusión

Este estudio demuestra una asociación entre el consumo de alcohol, la orientación homosexual y el ingreso económico menor a un salario mínimo vital, con la prevalencia de infección por VIH.

 

Varias de las prácticas sexuales entre hombres son factores de riesgo para adquisición de la infección por VIH10,11. Los hombres que tienen sexo con otros hombres (orientación bisexual u homosexual) tienen mayor número de parejas sexuales12, menor tasa de uso consistente de condones con sus parejas13,14 y mayor prevalencia de otras enfermedades de transmisión sexual que pueden potenciar el riesgo de adquisición del virus15,16. Más aún, todas estas conductas de riesgo, se ven reforzadas por el consumo de alcohol, especialmente en lo referente al uso de condón en las relaciones anales receptivas17.

 

La infección por VIH ha sido asociada a bajos niveles económicos así como a pobres niveles de educación2,18,19. En este estudio, la asociación es más fuerte con el ingreso económico. La referencia usada en este caso es el sueldo mínimo vital, lo que nos permite también en forma indirecta evaluar el nivel de pobreza de la población seleccionada en el estudio. La pobreza, además de estar relacionada a un menor ingreso, se asocia a menor educación y menor conocimiento y uso de preservativos, así como a una reducida posibilidad de acceso a los servicios de salud, lo que podría incrementar el riesgo de infección por VIH20.

 

El consumo habitual y excesivo de alcohol, por si solo, fue un factor independiente asociado a la infección por VIH. Una revisión sistemática previa ha demostrado que el alcohol produce cambios conductuales que pueden favorecer la exposición de riesgo de las personas, tanto varones como mujeres, especialmente en su sexualidad21.

 

Inclusive, el consumo de alcohol puede potenciar el efecto de otras drogas como la cocaína o el crack, lo que puede potenciar las conductas de riesgo22, y disminuir la práctica de sexo seguro en las personas de diversas orientaciones sexuales23. Asimismo, otros estudios han mostrado que la ingesta de grandes cantidades de alcohol está asociada a falla en la adherencia a tratamiento de largo plazo como es el caso del VIH4, por lo que es necesaria la aplicación de otras estrategias para evitar el desarrollo de formas resistentes del virus24.

 

Una ventaja de este estudio es que utiliza una encuesta validada para la medición del consumo de alcohol, (PDAL-VL), lo que permite el diagnóstico de alcoholismo y demuestra la asociación de este factor de riesgo con la infección por VIH. Si bien este cuestionario contiene más preguntas que otros previamente validados25, fue útil en la evaluación del consumo de alcohol previo9.

 

La limitación del estudio es que no permite interpretar en forma irrefutable si el alcoholismo es un factor de riesgo para adquirir el VIH26. El consumo de alcohol puede estar asociado a pobreza, menor nivel educativo, marginalidad, etc, factores que también están relacionados a la infección por el VIH por el poco conocimiento de la enfermedad y menor acceso a los servicios de salud. Además, el consumo de alcohol puede ser consecuencia del daño neurológico propio de la encefalopatía por VIH, que predispone a un mayor consumo de alcohol27 o por trastornos psiquiátricos como la depresión. A su vez, la infección por VIH puede ser secundaria al consumo habitual de alcohol, por los comportamientos sexuales inadecuados causados por el consumo11. Sin embargo, los resultados nos permiten concluir que la ingesta de alcohol es un factor independiente asociado a la infección por VIH.

 

Debido a que excluimos del estudio a los pacientes usuarios de drogas, no pudimos evaluar el efecto de esta variable en el estudio, ni la relación que podría existir de la combinación consumo de alcohol y drogas, lo cual puede producir un sesgo en el estudio. No obstante, la prevalencia de consumo de drogas es baja en nuestro medio y, más aún, sólo alrededor de 0,5% de los casos de infección por VIH en el Perú se explican por el uso de drogas intravenosas, por lo que se hubiese necesitado un mayor número de pacientes para detectar dicho efecto.

 

Con todo, el problema de alcoholismo debe ser estudiado en cada paciente seropositivo, efectuando un enfoque integral del problema y la búsqueda de soluciones terapéuticas con un abordaje multidisciplinario de la enfermedad.

 

En conclusión, las intervenciones de salud pública no sólo deben centrarse en medidas reconocidas que disminuyen la transmisión de la infección por VIH, sino también en el diagnóstico de alcoholismo, ya que el abuso de alcohol puede llevar a prácticas sexuales de riesgo que incrementen la adquisición y transmisión del virus. En el enfoque terapéutico integral y multidisciplinario de un paciente afectado por la infección con VIH/SIDA, el alcoholismo debe ser abordado pues, al igual que otras dependencias, podría traer problemas de adherencia a tratamiento anti-retroviral.

 

Resumen

Se conocen diversos factores asociados a la infección por VIH, siendo uno de los menos estudiados el consumo de alcohol. El propósito de este trabajo es evaluar la asociación entre el consumo de alcohol y la infección por VIH. Se realizó un estudio caso-control, pacientes con y sin infección por VIH, apareados por sexo y edad (± 2 años). Se utilizó la Prueba de Alcoholismo

 

Latinoamericano Versión Larga para el diagnóstico de alcoholismo. Se evaluaron 198 casos y 198 controles: 38,9% de los casos fueron diagnosticados de alcoholismo y sólo 22,7% de los controles (p < 0,001).

 

El modelo multivariado mostró que el ingreso económico (p < 0,001), la orientación sexual (p < 0,001), así como el diagnóstico de alcoholismo (p < 0,001) se asociaron a la infección. Este estudio demuestra una asociación entre el consumo de alcohol, las prácticas homosexuales entre hombres y el ingreso económico con la prevalencia de infección por VIH.

 

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FUENTE:
Scielo/Chile

http://www.scielo.cl/pdf/rci/v25n1/art10.pdf