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Última actualización [26/01/2010]



Significados del consumo de alcohol en Familias de una comunidad pobre Venezolana


VENEZUELA

Resultado de investigación etnográfica basada en la antropología interpretativa, este trabajo objetiva interpretar los significados del consumo de alcohol en familias de una comunidad pobre venezolana. Han sido investigadas seis familias, totalizando 20 participantes. Los resultados indican algunas distinciones entre padres, madres e hijos en la atribución de significados al consumo de alcohol, con una visión más valorativa en los hijos y menor aceptación entre las madres. Las convergencias de sentidos, más frecuentes que las diferencias, permitieron identificar las unidades de significación: el consumo excesivo, la borrachera, la alegría. En la asociación entre bebidas alcohólicas, alegría y fiesta está la principal motivación para beber y la principal fuente de resistencia a la modificación de conductas ante el alcohol. Los núcleos de significados identificados fueron: la existencia de un continuo entre el beber normal y patológico; una concepción de felicidad subordinada al consumo del alcohol.

 

A lo largo de las últimas décadas, ningún país ha quedado al margen de los graves problemas ocasionados por el uso indebido de drogas, entre ellas, el alcohol. En los diferentes países, la población consumidora del alcohol ha incrementado y la edad para iniciar ese consumo cada vez es más temprana.

 

En Estados Unidos, hay por los menos 9 millones de adultos, que se hallan bajo el problema del alcohol (1).

 

En Venezuela, existen 5.722.000 de alcohólicos, lo que supone una tasa mayor del 30/1.000 y el consumo por persona mayor de 15 años es aproximadamente

13 litros de alcohol por año(2).

 

Desde mediados del siglo XIX, el alcoholismo fue considerado como una enfermedad y se tornó un objeto de estudio de la medicina(3). En 1955, la Organización Mundial de la Salud reconoció que esta enfermedad tenía que ver con problemas psicológicos del individuo: "Son alcohólicos los que beben en exceso y cuya dependencia respecto del alcohol ha alcanzado un grado tal que determina la aparición de visibles perturbaciones mentales, o cierta interferencia

en la salud física y mental, en las relaciones interpersonales, y en el adecuado funcionamiento social y económico"(4). Los componentes psíquicos de la enfermedad fueron reconocidos, por la Asamblea Mundial de la Salud, en 1976, en su definición del síndrome de dependencia del alcohol: "Un estado psíquico y habitualmente también físico, resultante de tomar alcohol, caracterizado por una conducta y otras respuestas que siempre incluyen compulsión por tomar alcohol de manera continua o periódica con objeto de experimentar efectos psíquicos, y algunas veces, para evitar las molestias producidas por su ausencia, pudiendo estar presente o no la tolerancia"(5). Además de una enfermedad física y psíquica, en la década de los sesenta aparecieron los primeros estudios sociales del tema(6).

Investigaciones epidemiológicas revelan que el alcohol es la sustancias psicoactivas más consumida por los jóvenes, que llegan al uso como una especie de rito de iniciación a la adolescencia: en su socialización asimilan las bebidas alcohólicas como indispensables en cualquier fiesta. Regístrese que esa asociación entre diversión y alcohol es un fenómeno mundial, siendo que el 5 % de las muertes de jóvenes de 15 a 19 años de edad, en todo el mundo, está asociado con el consumo de alcohol (7). El alcoholismo se revela, por lo tanto, como un problema con implicaciones médicas, psíquicas, educativas y socioculturales.

 

La ingesta de bebidas alcohólicas provoca el 4% de todas la enfermedades y es factor relacionado, además, a entre el 20 y el 40% de los cánceres de esófago, hepatitis, epilepsia, accidentes de circulación, agresiones y homicidios(7). Esto afecta a la salud colectiva, pero es un problema que también agrava a las condiciones de vida de comunidades pobres (8).

 

En Venezuela, el alcoholismo es un grave problema de salud pública, especialmente en las comunidades peri-urbanas, en las que se observa la presencia de grupos en condición de marginalidad y extrema pobreza. El Instituto Nacional de Estadística anuncia que en el 2006 la "pobreza extrema" atingió a 13.3% de la población venezolana, siendo contabilizadas como familias en esa condición aquellas cuyo consumo es inferior a una canasta básica (valor entre Bs.500000 y 650000)(8). En promedio, las familias venezolanas de las periferias reciben menos de 2 salarios mínimos, lo que significa que no podrán cubrir la canasta básica. Esas familias constituyen el grupo más vulnerable para las drogas en Venezuela, con el inicio del consumo a edad muy temprana (10 a 19 años) y mayormente con alcohol (9).

 

Existe, en esa población, el uso creciente de psicofármacos y otras drogas, siendo el alcohol la sustancias más consumida. La asociación entre el consumo de alcohol y los traumatismos o lesiones por causa externa, reconocida por instituciones internacionales (en las Américas el 43,9% de los traumatismos y 28,1% de las lesiones ocurren entre las personas que reportaron uso reciente de alcohol (9)), se revela más grave en comunidades pobres. En la comunidad focalizada en este estudio, de cada diez delitos o hechos punibles cometidos, siete lo son bajo efectos de las drogas, o con el objetivo de obtener dinero para comprarlas (10).

 

No obstante la gran cantidad de información reunida en torno al tema, escasean estudios que aborden valores y motivaciones asociados al alcoholismo, involucrando el contexto sociocultural.

 

Tal omisión justifica enfocar al alcoholismo como expresión de una realidad simbólica, que dice respecto a sujetos concretos y a problemas enfrentados por familias de comunidades marginales. Esto llevó a proponer el presente estudio, con el objeto interpretar los significados del consumo de alcohol en familias

de una comunidad peri-urbana.

Metodología

La investigación que originó este artículo fue desarrollada en 2007, en Venezuela, obedeció a las exigencias éticas de investigaciones con seres humanos y recibió aprobación de la Comisión de Ética de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Carabobo. Los participantes suscribieron el consentimiento informado y tuvieron su identidad resguardada.

 

Los criterios de inclusión de los sujetos han sido: miembros de familias que habitan en la comunidad Brisas de Carabobo, peri-urbana del Municipio Naguanagua, adultos de 20 a 60 años, de ambos sexos, consumidores o no de alcohol, con acceso a los establecimientos de salud donde la comunidad es área de cobertura y que aceptasen participar del estudio. De las diez familias seleccionadas de manera aleatoria, seis atendían a todos los criterios, constituyendo un grupo de veinte sujetos (6 padres, 6 madres y 8 hijos).

 

Para interpretar los significados del consumo de alcohol en las familias, el método utilizado ha sido el etnográfico, comprendido como una "descripción densa"(11): descripción que busca significados. La investigación se realizó bajo la perspectiva de la antropología interpretativa que, basada en el paradigma teórico de la hermenéutica (12), busca interpretar significados de prácticas, motivaciones, concepciones, integrándolos en su contexto cultural.

 

Para captar la lógica cultural en la que adquieren significados las conductas y concepciones frente al alcohol, en la comunidad, las principales técnicas de investigación utilizadas fueron: observación participante y entrevistas en profundidad. Las entrevistas, grabadas y transcritas literalmente, fueron conducidas como diálogos entre investigador e los integrantes de las familias, colocando en relación distintas visiones de mundo (13). La observación se concretizó con la participación del investigador en distintas situaciones de vida de los sujetos: su cotidiano familiar, fiestas, pasatiempo, reunión de amigos. Por ella, ha sido posible aprehender las conductas y ultrapasar las justificaciones presentes

en los relatos. El análisis de los datos exigió lectura exhaustiva de las transcripciones de entrevistas y anotaciones de las observaciones, búsqueda de semejanzas y diferencias de acciones y concepciones de los sujetos, organización de los datos en unidades de significados, elaboración de núcleos de significación y contextualización, en los términos de la interpretación hermenéutica (12-13).

 

Resultados

Brisas de Carabobo: la vida en comunidad La comunidad Brisas de Carabobo, periurbana del Municipio Naguanagua, dentro del área geográfica de Valencia, capital del Estado Carabobo, fue fundada en 1983 y, según información del consejo comunal, posee una población de aproximadamente 5.400 habitantes. Las personas adultas trabajan en comercio informal o instituciones de servicios con carácter eventual y algunos hombres laboran como albañiles, vendedores o cobradores; muchas mujeres reciben ayudas gubernamentales a través de programas sociales. La mayoría de las viviendas es construida en bloque con áreas de ampliaciones en construcción, posee luz eléctrica y el abastecimiento de agua se suspende en algunos días de la semana. Dentro de la comunidad existen un ambulatorio de salud y un consultorio popular. Allá se encuentran dos licorerías con licencia, los propietarios de las cuales relatan vender aproximadamente 50 cajas semanales de bebidas alcohólicas (además de los posibles expendios en los  hogares familiares convertidos en bodegas clandestinas).

 

En la comunidad se puede observar a diario la presencia de personas, tanto adultos como jóvenes, en licorerías, especialmente después de las 5 de la tarde, cuando la mayoría culmina su jornada de trabajo. Allí pasan horas consumiendo bebidas alcohólicas, especialmente cerveza, hasta amanecen produciendo tertulias y música con alto volumen.

 

Muchos de eses encuentros son en días de semana, pero ocurren principalmente en los fines de semana, o si existe una celebración especial. La observación y las entrevistas revelaron que las familias hacen de las reuniones festivas o entre amigos un motivo para compartir de unos tragos. En fiestas, es posible presenciar cuando miembros de las familias con niños de cortas edades les dan sorbos de cervezas u otro tipo de bebidas alcohólicas, al mismo tiempo que celebran con risas, aplausos y frases como: ¡Esto es para que vallan aprendiendo desde niño y cuando sea grande no lo engañen!

 

El consumo de alcohol por familias de la comunidad El análisis de los datos permitió constatar la existencia de coincidencias y divergencias entre los sujetos investigados. Registrase el consumo de bebidas alcohólicas en todas las familias investigadas, por uno o más miembros, siendo en dos de ellas esporádico (en fiestas o cuando viajan) y, en cuatro, habitual, principalmente en los fines de semana, pero en una de estas observase a diario. Una característica común, por lo tanto, es el consumo, ocasional o frecuente, de bebidas alcohólicas en las familias, por lo menos en uno de sus miembros.

 

Las principales particularidades observadas han sido la mayor aceptación del consumo entre los jóvenes y la mayor condenación entre las madres. Las convergencias de sentidos han sido, todavía, más significativas que las diferencias. Esas convergencias permitieron identificar tres unidades de significados: el consumo excesivo, la borrachera y la alegría.

 

El consumo excesivo

El consumo habitual de bebidas alcohólicas es observado en la comunidad y relatado por los entrevistados, definido por muchos como excesivo y constatado particularmente entre los jóvenes: a nivel de los que vivimos alrededor de acá es bastante alto [...], se ve en los jóvenes demasiado excesivo porque a veces están mas pendientes de la rumbita, que también con la rumba viene la bebida [...]. Por ejemplo los jóvenes esperan los fines de semana, la rumba, la cosa el alcohol por supuesto, le puede hacer daño, quizás al principio no pero con el paso del tiempo si va haciendo habito, piden fiado a la comida pero dejan el salario para tener más para consumir la cerveza que es la más se consume por acá (padre).

 

La mayoría de los jóvenes participantes de esta investigación relata consumo habitual de bebidas alcohólicas y algunos refieren también otras drogas. Muchos de elles reconocen su consumo como excesivo: Desde mi punto de vista es un relajante de la gente, bueno cuando bebo, me hace sentir bien, me siento alegre, a veces cuando venía del trabajo estresado me bebía un trago, ahora estoy alejado del alcohol porque sé que no es algo bueno. Yo llegué a ser tan adicto al alcohol que dejaba de comprar mis cosas para irme a rumbear y a beber. Ya tengo mes y medio que no consumo alcohol (hijo).

 

Según los sujetos, no hay diferencias entre los géneros, cuando se trata de beber: te diré que tomamos a la par, bueno si conozco hombres que toman así muy pausado mientras se toma una, a mi me a tocado consumiendo unas cuantas cervecitas, mientras él se ha tomado una yo me he tomado tres, no es equitativo, pues, la mujer puede consumir menos por supuesto que no, a veces las mujeres jalan más que los hombres, pues al menos al grupo que yo conozco la mujeres le llevan una morena a los hombres (padre). Todavía, se observa un consumo mayor y más frecuente entre los hombres adultos (padres) y entre los jóvenes de ambos los sexos, do que entre las madres participantes del estudio.

 

Aunque el consumo de bebidas alcohólicas sea mayor en las fiestas, muchos de los sujetos narran el uso cotidiano de bebidas en sus hogares:

 

Bueno a nivel de la fiestas no te puedo hablar mucho, porque así fiesta no, bebo aquí mismo en la casa, mi marido me compra la cerveza, como para que no ande en la calle buscando (madre). Un padre afirma beber todos los 365 días del año.

 

La borrachera

Todos reconocen, en las entrevistas, los malos efectos del alcohol en el organismo: bueno, el ratón que queda que no es nada agradable, pésimo, pega temblores, dolor de cabeza pero uno tantea no le pasa eso y vuelve otra vez, y que se toma otra para quitarse el ratón (padre). Otro destaca: la borrachera, la vomitadera, la broma. Una madre relata: mi cuñado se enfermó; tenía problema con el hígado por tomar tanto. Un padre, que afirma no beber más, dice: Ayer no bebí tampoco, ya no me hace falta. Pero si tengo muchos amigos [...] uno murió de cirrosis hepática [...]. Tengo amigo que ha quedado lisiado, amputado de una pierna, tengo muchos amigos con desajuste en su vida, desajuste en el problema económico y conozco mujeres que también se echan unas peas fuertes. Un joven describe los efectos de la bebida en el organismo: produce deseos de vomitar, me hace mareado, caminar de lado, acostado todo me da vuelta, ardor estomacal, mucha sed, deseo de ir a orinar cada momento, produce daño en el hígado.

 

Las entrevistas destacan, también, los efectos en la mente y los cambios en las conductas: uno se alegra pero a la hora de la verdad da miedo, mucha persona tiene una personalidad sin beber alcohol, cuando toman tienen otra personalidad agresiva (padre). Una madre afirma: cuando mi papa se ponía a beber, era que se ponía impertinente, una vez tomó tanto que se desmayó de la pea, agarro que todo los sábados bebía, él tomaba guarapita, él le echaba limón, papelón y se lo tomaba así. Una madre describe: Hay unos que se ponen pichacoso, otros que le pegan la jodedera, se ponen más alegres, se sueltan un poco más, verdad que es horrible beber con gente que le gusta buscar problema, o sea lo que llaman mala bebidas, pues, apenas se toman 5 ó 6 y ya se creen súper hombres buscándoles camorras [...]. Bueno, a mi me provoca bailar mas nada, y la comida se olvida si me la ponen me la como, si no, no [...]. Otra madre destaca la compulsión al consumo progresivo: Bueno lo que primero que siento cosquilleo por el cerebro, es seguir, o sea, aumenta el apetito por el aguardiente, por eso es que uno no debe decir me voy a beber unas tres mas es mentira después de la tercera vienen las demás y de allí pierden la cuenta.

 

Entre las conductas asociadas al consumo de alcohol, comúnmente destacadas por los más jóvenes, están: hace que cometa errores, te acueste con hombres (hija), sentirse agresivo, fogosidad y calor (hijo), con ganas de bailar (hija). Algunos relacionan beber y accidentes de tránsito: produce accidentes en la calle, porque las personas bajo el alcohol no piensan igual (hijo). En general, los jóvenes relacionan el consumo del alcohol a la violación de patrones de conducta: cuando uno toma por supuesto se siente más alegre, mas desinhibida, eres capaz de hacer cosas que normalmente sin tener una de gota de alcohol encima no haría (hija). Otra hija dice: Lo que le pasó una amiga es que terminó teniendo relaciones sexuales el que conoció esa noche, sin mayores, termina en camas ajenas. Padres y madres destacan los problemas enfrentados en las relaciones familiares bajo el alcohol: He visto muchas cosas violentas y sobre todo en mi pareja, decidimos no tomar junto, cada vez que tomamos juntos peleamos [...] (madre).

 

Una madre relata: entre mi hermana y mi cuñado, hubo un enfrentamiento pues, yo estoy segura quien animó a presentarse la situación eran que habían tomado cerveza, si hubieran estado sobrio no se enfrenta como lo hicieron. Otra madre revela: cuando mi esposo se echaba unos palitos era un rollo, una vez me trajo una muchacha para que me ayudara porque estaba embarazada y me tocó a mi parir en el hospital central y me vine, cuando llegué a la casa consigo a mi esposo en paño, agarrándole la mano a la muchacha y que ayudándola a planchar, frotándole el trasero, que te parece, como no soy mujer de escándalo, si trajo esta muchacha te la llevas ahorita mismo... Los hijos, por su vez, frecuentemente narran problemas en familia, debido a sus hábitos respecto al alcohol: Anteriormente mientras estaba más pequeña y me podían controlar no me dejaban salir a tomar, pero ahora que estoy más grande y estoy más clara, yo sé hasta dónde me puedo controlar y yo tengo que cuidar, pero a ello no le agrada mucho eso. Yo creo que en determinado momento mi papá fue un borracho, pero creo que ya superó esa etapa, toma en vez en cuando, pero anteriormente tenía una época que tomaba casi todos los días (hija). Una joven relata problemas diferentes: bueno, es una rotunda y eterna lucha con mi mamá que toma mucho, bueno el efecto que ocasiona en el organismo en el hígado, produce daño, mi mamá toma mucha cerveza y tenemos desacuerdos por esos, y se pone así usted sabes, impertinente, insoportable [...].

 

Muchos sujetos narran episodios de violencia y accidentes en los que hubiera consumo de bebidas alcohólicas: Una amiga de mi hija, una compañerita de estudio de ella, está en coma seis años en vida vegetativa que todo tienen que hacérselo, ella no se ha recuperado y saben que está viva porque respira, fue un accidente con un carro donde lo manejaba una persona borracha (madre). Otra madre, que manifiesta su repudio al alcohol y drogas, relata la violencia observada: Aquí al lado viven en bochinche, esta gente todito beben y todo se echan piña, comienza a la 6 y a las 12 de la noche van para el hospital, se echan navajazo y machete, golpean a las personas se vuelven como loco. Los vecinos tenían un gato, le echaron gasolina al pobre gato y le pegaban candela [...], eso es sadismo, eso es producto de la droga y del aguardiente, porque ellos venden aguardiente y se forman esos rollos y amanecen en el hospital todo cortado o preso [...]. Un padre narra: He visto pelea fuerte, donde han salido heridos bastante grave; una vez estando en un edificio con un grupo, se resultó una discusión y una persona tomada efectuó unos disparos hiriendo a uno que no tenía que ver con la discusión.

 

Aunque varios sujetos hagan solamente uso eventual del alcohol, y algunos se posicionen contrarios al consumo, todos relatan casos de amigos o familiares que tienen o tuvieran problemas con el alcohol: en mi familia hay un tío que consume en exceso, todos estamos conscientes que el es alcohólico, consciente todo que él tiene una enfermedad, porque el alcohol es una enfermedad, pero nadie a hecho nada para que le acuda (padre). Mira consumir alcohol es algo que no debe existir, porque se destruye los núcleos familiares, se destruye si mismo, su entorno familiar, ó sea te destruye hasta el matrimonio completo, [...] mira que tengo una experiencia mi esposo le gustaba el alcohol (madre).

 

La alegría

La principal y más frecuente motivación para ingerir bebidas, para padres e hijos, es relacionada a alegría y fiesta. Los progenitores destacan la asociación entre fiesta y bebida, como esclarece esa madre: Cuando está presente el alcohol es diferente que cuando la familia no está tomando, porque cuando hay presencia de alcohol los integrantes se muestran más alegres. Entre los jóvenes destacase la búsqueda de sentirse bien, relajarse, alegrarse y relacionarse, entre las motivaciones para beber, como esclarece un hijo: Me hace sentir bien y alegre. Una hija confirma: consumir alcohol es fiesta, alegría, rumba, celebrar y divertirse.

 

En el entendimiento de una joven, las bebidas la ayudan a: Interactuar con amigos, hacer amistades, celebrar cumpleaños, liberarse del estrés, ayuda a uno ponerse alegre, librarse de traumas que traen desde pequeño. Otra dice: te lleva a un estado de alegría, que tú te siente bien que te relajan a hacer diferentes cosas, como también te puede llevar a un estado de peligro [...]. Un hijo afirma: casi todo el mundo gusta tomar, sentirse bien, relajarse, cerveza, whisky, ron y hay gente que bebe hasta caña clara.

 

En según lugar, entre las motivaciones indicadas, aparece la influencia del círculo de amigos o familiares, como esclarece un padre: Mis amigos me decían vamos a jugar, vamos al patio de bola, empezaba, no vale yo me voy para la casa, anda un ratico y después ya nos vamos, el ratico era hasta la doce o una de la madrugada. Según un padre, que bebe habitualmente, lo hago por diversión, no lo hago por vicio, consumo casi siempre en los días festivos, en reunión familiar, antes si tomaba más, ya no tomo casi. Yo tomo más cerveza, ahorita estoy tomando una cervecita, pero normalmente estoy tomando vino, estoy en un entorno que me están enseñando como cuidarme un poco más mi salud, dicen que el vino tiene propiedades cardiovasculares. Otro describe: Consumir es reunirse con un poco de amigos en determinado sitio y beber cerveza hasta que el cuerpo aguante, la cantidad de cerveza que uno pueda consumir [...].

 

Los sujetos frecuentemente definen la motivación para beber como solamente gana, llegando a bebida a ser concebida, por muchos, como un bien de consumo familiar cualquier, aunque sobre su venta pesen restricciones y precios abusivos: como ahora hay que madrugar con la ley seca estamos jugando, a parte cuando salió la ley seca todos abusan de los precios[...] (padre). Una madre dice: en relación a la venta creo que está un poquito restringida y habido bastante restricciones en eso, claro yo tengo un vecino que vende, alguna veces cuando uno necesita, normalmente nosotros tomamos en familia, nada de estar saliendo.

Otra relata: He sabido de gente que cuando cobra la semana de trabajo aparta los gastos de la casa, luz, agua, alimento, pero también aparta lo que le corresponde a la cerveza [...].

 

Discusión

Los significados atribuidos al consumo de bebidas alcohólicas, en las perspectivas de los padres, madres e hijos, indican que: no es concebido como primordial, daña la integridad física, es un vicio, una enfermedad, es excesivo en los jóvenes, convirtiéndose en un problema social.  Contradictoriamente, los jóvenes conciben las bebidas como relajantes y todos los subgrupos las asocian con diversión.

 

Los subgrupos coinciden, además, sobre el momento de consumo de alcohol: fines de semana o días festivos, encuentro de amigos. Hay, entretanto, algunos (padres e hijos) que reconocen beber todos los días y los jóvenes asocian el consumo en los fines de semanas con su ida a la discoteca.

 

En relación a las consecuencias del consumo de alcohol, expresan los problemas de salud y sociales que constatan: hepáticos, malestar general, cefaleas, nauseas y vómitos, ardor estomacal, accidentes, violencia familiar; peleas, riñas y dificultad familiar. Por otro lado, todos los subgrupos enfatizan que las bebidas ponen a las personas alegres.

 

La evaluación positiva de las bebidas alcohólicas por los sujetos es relativa al consumo en ocasiones especiales, asociado a entretenimiento y alegría (aunque se tenga observado que el uso no está restricto a esto, para muchos sujetos). Padres, madres e hijos destacan esa asociación, en los significados positivos atribuidos a las bebidas, en los momentos indicados para el consumo y en sus motivaciones para beber. Entre los jóvenes, que expresan mayor aceptación, percibiese, aun, la exaltación de las bebidas como relajantes y propiciadoras de interacción social.

 

Contradictoriamente, todos relatan dificultades en la interacción social desencadenadas por el consumo excesivo.

 

Valoraciones positivas respaldan sus motivaciones para el consumo de alcohol: permite reunirse en grupos, en familias, sirve para liberarse del estrés, ponerse alegre, interactuar, celebrar datas especiales. Diferentemente, la evaluación negativa recubre sus apreciaciones respecto a las conductas asociadas al alcohol: personas bebiendo en las calles y licorerías, violencia, accidentes, problemas económicos, problemas familiares, hijos que compran cervezas a sus padres, escándalos y comportamientos fuera de las reglas sociales.

 

El consumo de cualquier bebida es representado por los sujetos como "normal", desde que no traspase los límites de unas pocas copas. Se percebe aceptación del consumo habitual de bebidas alcohólicas en la mayoría de las familias; todavía, el consumo tenido como excesivo, aquel que resulta en borracheras y origina conductas desregladas y agresivas, es mal evaluado por todos los sujetos.

 

En el contexto cultural investigado, los significados apuntan para el núcleo representado por un continuo entre el beber "normal", asociado a la salud y el beber "anormal", patológico. La cantidad ingerida marca la distinción entre el beber-diversión y el beber-enfermedad - la enfermedad, en este caso, comprendida como un hecho biológico, pero también un hecho cultural cuyos síntomas son las conductas desregladas.

 

Por lo tanto, el consumo de bebidas alcohólicas, que integra a dieta de las familias, sólo es comprendido como un problema, cuando en exceso. Diversos estudios expresan la importancia de la vida familiar, en la manutención o desarrollo de hábitos, incluso de las adicciones (1,3). Las conductas de las familias estudiadas, delante las bebidas, ejercen un rol importante en la socialización de sus miembros y favorecen el desarrollo de comportamientos de adicción (1), una vez que el alcoholismo es la última fase de un proceso que inicia con el consumo ocasional, pasa por el consumo moderado y puede derivar en excesivo (2). Quizá el propio consumo excesivo identificado entre los jóvenes revele esa influencia familiar.

 

Otro núcleo importante que estructura la atribución de significados orienta la asociación del consumo de bebidas alcohólicas con alegría, pasatiempo, conmemoración, reunión de amigos, que, evidentemente, remonta a los hábitos arraigados en la sociedad, pero no son exclusivos de la comunidad estudiada. Eses significados están relacionados a una concepción de "felicidad consumidora"(14), dependiente del consumo hedonista, en la que la búsqueda de la fruición y del placer por medio de las bebidas permite superar el stress, las angustias, insegurazas y flaquezas cotidianas. En ese aspecto, los sujetos explicitan una concepción de felicidad identificada en la cultura de masas contemporánea y caracterizada como una "mitología euforizante, que camina lado a lado con el uso cada vez más macizo de euforizantes (alcohol y píldoras tranquilizantes)"(14). El incremento del uso de bebidas alcohólicas en todo el mundo indica ésta tendencia; el consumo del alcohol en la comunidad, reconocido como excesivo entre los jóvenes, revela el agravamiento del problema social (15).

 

Las tentativas de reducir el consumo de bebidas alcohólicas, en Venezuela, involucran intervenciones gubernamentales, con leyes que incrementan a las tasas sobre las bebidas nacionales e importadas (entre 2006 y 2007 el incremento fue de 30%, con nuevos aumentos garantidos, en octubre de 2007, por la "Ley de impuesto sobre alcohol y especies alcohólicas"(16)). Con el aumento de impuesto por parte del gobierno, los comerciantes incrementan los precios de las bebidas alcohólicas o reducen su margen de ganancia, en el caso de los importados. Pero de igual manera se continúa consumiendo las bebidas, como se observa en la comunidad y se escucha de los sujetos. Por cierto, el objeto de reducción del consumo allí no se alcanzó con esas medidas generales. Una intervención eficaz debería orientarse por las lógicas específicas de agrupamientos sociales, que orientan las conductas de los actores sociales delante las bebidas.

 

Consideraciones Finales

La investigación reveló que los grupos familiares ingieren habitualmente bebidas alcohólicas, que ese consumo es mayor entre los jóvenes y que los sujetos construyen muchos significados semejantes para las bebidas alcohólicas, sus momentos de consumo, motivaciones y conductas efectivas asociadas al alcohol.

 

Los sujetos revelan importantes contradicciones, que se pueden reunir en los significados positivos y negativos atribuidos al consumo de las bebidas alcohólicas: alegría y sociabilidad se contraponen al consumo excesivo, a la borrachera, al vicio, a la enfermedad. Las familias conocen las malas consecuencias del consumo del alcohol, pero lo mantienen.

 

Como todas las familias investigadas consumen alcohol en cantidad variable, es necesario brindarlas con orientación y el apoyo necesario no solo para resolver problemas físicos, emocionales y conductuales, pero también contribuyendo para bien cumplir su tarea socializadora. Para esto, el equipo de salud debe vincularse con las familias, estimulándolas a crear su propia competencia y hallar sus propias soluciones (17). Es incuestionable la importancia de planeamiento de acciones de salud respecto al consumo de bebidas alcohólicas, pero esas acciones sólo tendrán eficacia si orientadas por los significados expresados por las propias comunidades.

 

Una intervención bien sucedida en la comunidad estudiada debería orientarse por los significados socialmente atribuidos a las bebidas alcohólicas y esto exige abordar (y deshacer) la vinculación simbólica entre consumo de alcohol, alegría y felicidad. Las acciones del equipo de salud podrían apoyarse en el continuo identificado entre el beber-normal y el beber-patológico, resaltando un otro continuo, ese observado en las conductas bajo el efecto del alcohol, que van desde las manifestaciones de alegría hasta las conductas peligrosas y desregladas, por todos repudiadas.

 

Agradecimientos

Agradecemos a la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas/CICAD de la Subsecretaría de Seguridad Multidimensional de la Organización De los Estados Americanos/OEA, la Secretaría Nacional Antidrogas/SENAD, a los docentes de la Escuela de Enfermería de Ribeirão Preto de la Universidad de São Paulo, Centro Colaborador de la OMS para el desarrollo de la investigación en enfermería, a la población que sirvió como muestra en los estudios y a los representantes de los ocho países Latinoamericanos que participaron del I y II Programa de Especialización On-line de Capacitación en Investigación sobre el Fenómeno de las Drogas- PREINVEST, ofrecido en 2005/2006 por la Escuela de Enfermería de Ribeirão Preto, de la Universidad de São Paulo, en la modalidad de educación a distancia.

 

Referencias

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8. Fundación Centro Gumilla. La pobreza a debate. Caracas, Venezuela: Año LXIX (682) Marzo 2006: 52-5. Significados del consumo de alcohol en familias...Onorio Castillo C, Costa MCS. Recebido em: 19.12.2007 Aprovado em: 11.1.2008

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12. Geertz C. O Saber Local. Novos Ensaios de Antropologia Interpretativa. Petrópolis: Vozes; 1999.

13. Costa MCS. Intersubjetividade e historicidade: contribuições da moderna hermenêutica à pesquisa etnográfica. Rev Latino-am Enfermagem 2002 maio-junho; 10(3):372-82.

14. Morin E. Cultura de Massas no Século XX: neurose. Rio de Janeiro: Forense Universitária;1997.

15. Gonzales C, Funes J, Gonzales S, Mayol I, Romani O. Repensar Las Drogas. Las Drogas Como Problema Social. Barcelona: Igia; 1988.

16. Decreto Oficial 5.618, de 3 de Octubre 2007. Venezuela: Gaceta Oficial Nº 5.852; 5 de Octubre de 2007.

17. Waitzkin N. The Politics of Medical Encounters. How Patients and Doctors Deal With Social Problems. New Haven: Yale University Press; 1991.

 

Autores:

Carlos Onorio Castillo1

Maria Cristina Silva Costa2

1 Maestría en Enfermería, Profesor de la Universidad de Carabobo, Facultad de Ciencias de la Salud, Escuela de Enfermería Dr. Gladys Román de Cisneros, Venezuela;

2 Doctora en Antropología Social, Docente de la Escuela de Enfermería de Ribeirão Preto de la Universidad de São Paulo, Centro Colaborador de la OMS para el Desarrollo de la Investigación en Enfermería, Brasil, e-mail: mccosta@eerp.usp.br

 

FUENTE:
 Scielo/Bradil

http://www.scielo.br/pdf/rlae/v16nspe/es_06.pdf