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Última actualización [28/06/2010]



“Si no tomara él...” El consumo de alcohol y su papel en las relaciones de pareja.

Namino Melissa Glantz-Wright, Imelda Martínez-Hernández, Rolando Tinoco-Ojanguren, Patricia de León-Ruiz

MEXICO

El objetivo de este estudio fue conocer a fondo cómo se relaciona el consumo de alcohol con las relaciones de pareja en el contexto sociocultural de Comitán, Chiapas, México. Por medio de entrevistas a profundidad con diez parejas, se exploraron las siguientes preguntas:

 

  • ¿Cómo se caracterizan los patrones (el inicio, la cantidad, la frecuencia, los espacios) de consumo de alcohol en pareja, y cómo se distinguen por género?
  • ¿Cuáles vínculos entre el consumo de alcohol y la relación de pareja fueron percibidos y explícitamente mencionados por las mujeres y los hombres entrevistados?
  • ¿Cuáles son las necesidades o funciones que satisface el consumo

de alcohol, especialmente en la relación conyugal, y cómo se distinguen por género?

 

Respecto a los patrones de consumo, los hombres iniciaron su consumo a edad más temprana, tomaban en mayor cantidad, con más frecuencia y en condiciones diferentes a las de sus parejas.

 

Además, el patrón de consumo por parte de los hombres (únicamente) parecía responder a la etapa de pareja, ya que quienes tomaban en exceso era al inicio de la unión, sin la presencia de los hijos, y la disminución se presentó en los años en que los hijos eran pequeños. De la misma manera, algunos hombres mayores cuyos hijos ya habían crecido habían aumentado su consumo.

 

Los hombres presentaron los motivos del consumo como una estrategia para satisfacer varias necesidades. Por un lado, el consumo les ofrece la posibilidad de desinhibirse y de tener otro tipo de acercamiento con la pareja. Por otro, sin embargo, los hombres encuentran en el consumo de alcohol una justificación de maltrato hacia su pareja. Además, han encontrado una manera de influir en el comportamiento de su esposa, por lo regular de limitar cuánto toma su esposa y de controlar su comportamiento mientras lo hace.

 

Así también se considera que -únicamente entre los hombres-el alcohol es un disparador de comportamientos justificables sólo por su consumo (por ejemplo, la violencia conyugal). Es un ambientador, un potenciador de la valentía, un referente de pertenencia grupal masculina, una característica de la identidad de los varones.

Las mujeres, en lugar de ver el consumo como una estrategia para satisfacer necesidades, lo percibían como fuente de dificultades.

 

Para ellas, que los hombres dejaran de consumir alcohol, les parecía el remedio universal o "curalotodo" para varios problemas.

 

Las entrevistadas resumieron sus esperanzas con la frase "Si no tomara él...". Creían que si el hombre no consumiera alcohol, él dejaría de regañarlas, de ser celoso, de ser desconfiado, de autoagredirse, de hacer el ridículo, de ser grosero, etcétera. Si no tomara el esposo, confiaban ellas en que mejorarían la economía de la casa, la salud, la comunicación y el cumplimiento de sus responsabilidades como padre y esposo.

 

Indudablemente el consumo de alcohol influye en el comportamiento de los individuos y por lo tanto en la relación de éstos con otros. El consumo del hombre, sobre todo en etapas más agudas, tuvo implicaciones en el trabajo, en la economía y en la relación con la pareja y los hijos. La mayoría de los problemas de pareja estaban vinculados con el consumo de alcohol del hombre, al grado de ser reconocido por algunos hombres como problema y de motivarlos a disminuir el mismo. Posiblemente las nuevas generaciones puedan desarrollar nuevas formas de relación con la pareja y lograr una modificación en los patrones de consumo.

 

Algunas parejas consideraron como alternativas, disminuir el consumo, establecer nuevas formas de comunicación entre la pareja y la posibilidad de asistir a reuniones donde las parejas intercambien sus experiencias. Puede ser que al encontrar, desarrollar y fortalecer maneras alternativas de cumplir las funciones y de satisfacer las necesidades de los hombres sin el consumo, tanto el consumo de alcohol como los problemas conyugales disminuyan sin tener que recurrir a las estrategias ya establecidas.

 

Introducción

Los patrones de consumo de alcohol y las dinámicas de relaciones de pareja varían a lo largo del tiempo y según las condiciones socioculturales en cada contexto.

 

A pesar de esta variedad, investigadores en lugares diversos han observado que el consumo de alcohol puede ser obstáculo al bienestar de la pareja (5, 6, 12).

Sin embargo, existen pocos trabajos dedicados específicamente al consumo de alcohol y sus funciones dentro de las relaciones de género en poblaciones de México.

 

En México, Natera (11) aborda los patrones de consumo de hombres y mujeres, así como las causas del consumo y sus repercusiones. Señala que hombres y mujeres -adictos o no- consumen alcohol para sentirse alegres, olvidar preocupaciones, y aliviarse de tensión o nervios. También observa que las mujeres que conviven con un esposo alcohólico tienden a abstenerse o a consumir de manera más moderada.

Menéndez (8) abarca los usos del consumo de alcohol.

Nota que a nivel social, el consumo en las celebraciones cubre necesidades de placer y diversión. Además, tomar bebidas alcohólicas permite una disminución de la tensión, inhibición y ansiedad. Como nota Torres (12), estos efectos relajantes del consumo de alcohol pueden ser utilizados para justificar ciertas conductas, entre ellas comportamientos inadmisibles como ejercer la violencia.

Los trabajos existentes revisados (8, 9, 10, 11, 14) tienden a abordar el tema desde una metodología cuantitativa, excluyendo la rica información que podría

aportar datos recopilados con métodos cualitativos como la descripción profunda y detallada del comportamiento rutinario o común que ofrece la etnografía (1). Algunos estudios utilizan como unidad de análisis al individuo aislado, sin incluir en su análisis a otras personas, como son sus parejas, familiares y conocidos.

La bibliografía sobre el consumo de alcohol se ha enfocado en grupos muy específicos, en su mayoría a adictos o indígenas. Este enfoque deja fuera a la gran mayoría de los bebedores de alcohol. Los autores pocas veces explican el rol de las relaciones de género (entendido como sistema jerárquico de posición o prestigio social, y los sistemas de género como esferas de poder, conjunto que suele resultar en la subordinación de las mujeres) en la dinámica consumo-relación de pareja (13). El presente estudio se planteó con el objetivo de llegar a un conocimiento más profundo de los vínculos entre el consumo de alcohol y las relaciones

de pareja.

 

Se anexa investigación en pdf

 

FUENTE:
  Revista Salud Mental

http://www.inprf-cd.org.mx/pdf/sm2706/sm270650wwp.pdf