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Última actualización [11/02/2008]



Factores relacionados con las actitudes juveniles hacia el consumo de alcohol y otras sustancias psicoactivas

María de la Villa Moral Jímenez, et al

ESPAÑA

En este estudio se analizaron las variables relacionadas con el consumo juvenil de alcohol y otras sustancias psicoactivas, y con las actitudes hacia la experimentación. La muestra estuvo compuesta por 755 estudiantes de entre doce y dieciséis años, pertenecientes a cuatro centros de Secundaria del Principado de Asturias. Los resultados obtenidos confirman la multideterminación de este fenómeno. Se comprueba que la actitud juvenil hacia el consumo de sustancias es más favorable cuanto menor sea la percepción de riesgo, mayores las creencias distorsionadas y más permisiva sea la disposición para el consumo de alcohol y otras drogas ilegales. Otros factores determinantes son la relación con el grupo de iguales consumidores de drogas, las conductas antisociales e indicios de búsqueda de atención.

 

Factors related to young people's attitudes to the consumption of alcohol and other psychoactive substances. In this study we analyzed variables related to the consumption of alcohol and other psychoactive substances among young people, and to their attitudes towards experimentation. The sample was made up of 775 pupils aged 12 to 16 from four secondary schools in the Principality of Asturias (northern Spain). The results obtained confirm the multi-causal nature of these phenomena. The attitudes of young people towards substance use was found to be more favorable the lower the perception of risk, the more mistaken their beliefs and the more permissive their disposition to the use of alcohol and other illegal drug. Other determining factors are their relationship with peer groups that use drugs, antisocial behaviours and attention-seeking indications.

 

En la cultura juvenil recreativa contemporánea se van extendiendo diversas modalidades lúdicas de experimentación con sustancias psicoactivas en fin de semana. En semejantes prácticas se tiende a la ebriedad como finalidad del consumo asociada a la fractura experimentada en el tiempo libre y en la esfera del ocio (Elzo, 2000; La espada y Salazar, 1999). Se van extendiendo usos recreativos de drogas vinculados a cambios en la funcionalidad de la diversión nocturna y a la búsqueda de la sobrestimulación (Bellis y Hughes, 2003; Calafat, Juan, Becoña, Fernández, Gil, Palmer, Sureda y Torres, 2000).

 

En nuestro país, de acuerdo a las últimas tendencias de consumo manifestadas en informes estatales, se confirma un incremento de los consumos abusivos de drogas institucionalizadas (véase D.G.P.N.S.D., 2002a, 2002b, 2003). A ello, últimamente, se suman altas tasas de prevalencia de consumo de cannabis (Bobes, Bascarán, González y Sáiz, 2000) y una extensión del uso de psicofármacos y drogas de síntesis (Fernández et al, 2003). Tendencias similares de consumo e implicaciones preventivas y terapéuticas se han hallado en otras investigaciones a nivel europeo (Eurocare, 1998; Simpura, Leifman, Karlsson, Trolldal, Leppänen, Österberg et al, 2001).

 

Los estudios han aportado evidencia acumulativa de que el consumo juvenil de sustancias psicoactivas responde a un patrón conductual multideterminado, donde se integran variables tales como actitudes, búsqueda de sensaciones, crisis en la identidad psicosocial, motivaciones hedónicas, imperativos grupales, tendencias socioculturales y otros factores coadyuvantes (Carballo et al, 2004; Ellickson, Tucker, Klein y McGuigan, 2001; Espada, Méndez, Griffin y Botvin, 2003; Hombrados y Domínguez, 2004; Jessor, 1992; Minehan, Newcomb y Galaif, 2000; Pérez, Díaz y Vinet, 2005).

 

En materia de experimentación con sustancias psicoactivas abundan las referencias a diferentes tipos de factores de riesgo y de protección, entre los cuales se incluyen las actitudes. Aunque no se ha constatado una correspondencia biunívoca entre actitud y conducta, se ha hallado un estrecho vínculo entre las actitudes favorables de rechazo hacia las drogas y la conducta de consumo (véase Botvin y Botvin, 1992). En este sentido, se constata que aquellos individuos que abusan de las drogas tienen unas expectativas diferentes de los no consumidores respecto a los probables efectos derivados de su empleo (Novacek, Raskin y Hogan, 1991). Mientras éstos muestran actitudes de resistencia a la experimentación, los usuarios reelaboran las percepciones de riesgo y valoran las consecuencias positivas del consumo de drogas. En este estudio se incide, principalmente, sobre las variables cognitivas entre las que destacan las actitudes (Ballester, Gil y Guirado, 2000; Barkin, Smith y DuRant, 2002; Moral y Ovejero, 2003; Moral, Sirvent y Rodríguez, 2004), las emociones y valores (Bolinches, de Vicente, Reig, Haro, Martínez-Raga y Cervera, 2003) y las distorsiones en la percepción de riesgo (Castellana y Lladó, 1999) como determinantes del consumo.

 

Se asume que las actitudes hacia las drogas modularán sus consumos, de modo que los adolescentes que abusen del consumo de drogas iniciáticas y los consumidores de drogas no institucionalizadas tienden a mostrar actitudes más permisivas (Moral y Ovejero, 2003). Se ha concretado que tales diferencias actitudinales se asocian a varios factores: la manifestación de crisis de identidad (Kloep, Hendry, Ingebrigtsen, Glendinning y Espness, 2001), desajustes sociocomportamentales y búsqueda de atención en el grupo de iguales (Chassing, Presson, Sherman y Margolis, 1988; Chassing, Presson, Sherman, McLaughlin y Giorgia, 1985), la insatisfacción hacia el ámbito académico y el absentismo escolar (López-Frías, Fernández, Planells, Miranda, Mataix y Llopis, 2001) o la falta de apoyo y desestructuración familiar (Martínez, Fuertes, Ramos y Hernández, 2003; Muñoz-Rivas y Graña, 2001; Tarter, Schultz, Kirisci y Dunn, 2001).

 

Constatada en la literatura sobre el tema la interrelación de estas variables explicativas, se ha planteado como objetivo básico en esta investigación verificar la relación de las actitudes juveniles hacia el consumo de sustancias psicoactivas con diversos factores, tales como búsqueda y/o redefinición de identidad, desajustes psicoafectivos e inestabilidad emocional, bajo autoconcepto general, demanda de atención, relaciones paternofiliales conflictivas, modelado paterno de consumo, dependencia psicosocial y presión del grupo de iguales, insatisfacción institucional y déficit en habilidades sociales de afrontamiento.

 

Método

 

Participantes

Se han seleccionado mediante un muestreo intencional cuatro centros de Secundaria del municipio de Mieres (Principado de Asturias). Han participado 755 alumnos del nivel de Secundaria, elegidos mediante un muestro opinático, de los cuales 385 eran chicas (51%) y 370 chicos (49%). La edad media es de 14,69 años y el rango se sitúa entre 12 y 16 años. La mayoría de los adolescentes provienen de un hogar nuclear, en el cual el nivel cultural paterno y materno es medio (han cursado estudios primarios completos un 61,2% y un 65,8%, respectivamente). En el 61,1% de los hogares el padre desarrolla la labor de obrero cualificado, siendo la categoría de pre- y jubilado la segunda en importancia (18,8%). La principal categoría profesional materna se concreta en sus labores (76%), dedicándose el 6,8% a actividades comerciales.

 

Variables e instrumentos

La evaluación de las actitudes hacia el consumo de sustancias psicoactivas se ha realizado mediante la aplicación del Autoinforme de consumo de sustancias psicoactivas (Santacreu y Froján, 1994), que consta de treinta ítems en una escala Likert con cinco niveles en los que se analizan actitudes hacia las drogas, su consumo y usuarios de acuerdo con una triple dimensionalidad: cognitiva (creencias y expectativas), emocional (sentimientos y valoraciones) y comportamental (disposición para actuar), conocimientos sobre consumo de drogas, edad de inicio, historia de consumo, situaciones, disponibilidad del producto en el entorno y modelos de consumidores (familia y grupo de iguales).

 

Se ha utilizado el Cuestionario de actitudes hacia el consumo de sustancias psicoactivas (Macià, 1986), integrado por veinte ítems en formato Likert, en los que se incide sobre el análisis de las dimensiones valorativa (sentimientos asociados) y reactiva (inclinación para actuar: disposición para el consumo) de las actitudes tanto hacia el alcohol como hacia otras drogas ilegales. Por lo que respecta a las propiedades psicométricas de ambos instrumentos es de resaltar que en nuestro estudio el valor de alpha es de .9308 y de .8463, respectivamente.

 

Se ha empleado el Cuestionario de información (Maciá, Olivares y Méndez, 1993), mediante el que se evalúan las creencias de los alumnos sobre los efectos e informaciones básicas sobre el alcohol y otras drogas. Consiste en una prueba de verdadero-falso en la que se ha introducido una tercera alternativa de respuesta intermedia y está configurado por el Cuestionario de información sobre el alcohol y el Cuestionario de información sobre psicofármacos y otras drogas, cada uno de ellos integrado por diez ítems con valores alpha que oscilan entre .8458 y .8572 y que para los 20 ítems que lo integran corresponde a un valor alpha estandarizado moderadamente alto (.8606).

 

Mediante el Cuestionario de habilidades sociales de Maciá et al (1993), integrado por veinte ítems agrupados en cinco factores, se han evaluado las habilidades sociales. También se han analizado las prácticas de ocupación del tiempo libre y el estilo de ocio juvenil empleando el Cuestionario de alternativas de ocio (Maciá et al, 1993), escala en la que se proponen actividades habituales de esparcimiento juvenil, valorándose la frecuencia de disfrute de las mismas y la importancia relativa otorgada. En ambos instrumentos los valores indicativos de consistencia interna fueron moderados (oscilación entre .74 y .77), pero aceptables.

 

El estudio del nivel de aspiración educativa, las percepciones escolares del alumnado y las actitudes hacia la institución académica se ha realizado a través de un instrumento construido «ad hoc» por el equipo investigador, que está integrado por veinte ítems adscritos a cuatro factores (Satisfacción institucional, Utilidad práctica de la enseñanza, Función comunicativa y de Inserción sociolaboral y desvalorización). Se analiza la satisfacción relacional e institucional en el ámbito escolar donde se alude a cuestiones tales como la relación profesor-alumno, la resolución de los conflictos en el grupo-clase, la relación con los iguales, actitud respecto a la asistencia al centro, etc. El valor del coeficiente alpha hallado es de .8805 para la escala de Actitudes hacia la enseñanza y de .9081 para la de Satisfacción institucional, respectivamente.

 

El ámbito familiar se ha evaluado mediante la actualización del original instrumento EMBU (Perris, Jaconbon, Lindström, von Knorring y Perris, 1980), el Cuestionario de educación familiar, inventario formado por catorce subescalas que ofrecen un índice del grado de disciplina familiar y que consta de 81 ítems medidos en escala Likert. La estructura factorial viene definida por cinco factores calificados como Castigo e influencia, Comprensión y apoyo, Rechazo/trato diferencial entre hermanos, Sobreprotección y control y Trato paterno-filial. En el análisis de la fiabilidad del instrumento para nuestra muestra se ha obtenido un valor de .9178.

 

El Youth Self Report (Y.S.R.), creado por Achenbach y elaborado para el nivel de edad de 11 a 18 años, se ha utilizado para la evaluación de los trastornos de índole socioafectivo y emocional. Las conductas problema se identifican mediante 112 ítems con tres niveles de respuesta. Conforme a la revisión de análisis previos de la estructura factorial del instrumento, se obtienen siete factores subyacentes: Depresión/Ansiedad, Conducta delictiva, Conducta agresiva, Quejas somáticas, Problemas de pensamiento, Problemas de relación y Búsqueda de atención (véase Lemos, Vallejo y Sandoval, 2002). En este caso, el valor del coeficiente alpha de Cronbach para nuestra muestra de adolescentes es elevado (.9440).

 

Por último, el abordaje del autoconcepto y la identidad psicosocial se ha realizado a través del Self Description Questionnaire (S.D.Q.-II, Marsh, 1990), integrado por trece dimensiones: Autoconcepto general, Estabilidad emocional, Autoconcepto matemático, Autoconcepto verbal, Dimensión resto de asignaturas, Habilidad física, Apariencia física, Honestidad, Relación con los padres y Relación con los iguales que se desglosa en tres dimensiones (Relación con los iguales general, Relación con los iguales del mismo sexo y Relación con los iguales del otro sexo). La fiabilidad total del instrumento S.D.Q.-II, y de las dimensiones que lo integran, en nuestra muestra nos revela una adecuada consistencia interna (alpha de Cronbach= .9359).

 

Procedimiento

Se administraron los diez instrumentos de evaluación utilizados durante un período temporal de cuatro semanas a los treinta grupos escolares (755 alumnos) que participaron en la investigación. Los instrumentos de evaluación fueron aplicados por un equipo de investigadores entrenados a tal efecto. Con el fin de disminuir los efectos de deseabilidad social, los datos fueron recogidos de forma anónima.

 

Análisis de datos

Se ha realizado una Regresión Múltiple (método de componentes principales) para analizar la relación entre las variables predictoras y la variable criterio. Se a seleccionado como variable criterio la puntuación global obtenida en la medición de las actitudes globales hacia el consumo de sustancias psicoactivas [AICATO= (? AICA1-AICA30)/30], teniendo en cuenta que cuanto más elevada sea la puntuación obtenida, mayor es la permisividad manifestada. Asimismo, se han realizado diversos análisis de varianza (ANOVA) de las diferencias en actitudes globales ante el consumo de sustancias psicoactivas en función del consumo de tabaco, alcohol y otras drogas, de desajustes psicoafectivos, problemas de relación y de variables del ámbito familiar e institucional. También se han llevado a cabo regresiones lineales en las que se ha empleado como variable criterio la disposición para el consumo (componente reactivo de las actitudes) de drogas ilegales y de alcohol. El procesamiento y análisis estadístico de los datos se ha llevado a cabo mediante el paquete estadístico S.P.S.S. versión 11.5.

 

Resultados

Como variables explicativas de las actitudes hacia el consumo de sustancias psicoactivas se han seleccionado once factores/variables propuestos como los más significativos, de acuerdo a los resultados expuestos en las tablas 1 y 2. La correlación múltiple entre el criterio y las variables independientes es elevada (R= .76257), de modo que las variables seleccionadas explican cerca del sesenta por ciento (58,15%) de la varianza criterio. Se comprueba que la actitud más favorable de los adolescentes al consumo de drogas será más elevada cuanto mayores sean los contactos con ambientes y compañías incitadores al consumo y los contactos con drogas mantenidos por los amigos, así como el consumo propio de drogas, y las manifestaciones de búsqueda de atención y conducta desviada (transgresiones de normas, absentismo escolar, conductas disruptivas, etc.).

 

Se ha comprobado la existencia de diferencias en las actitudes hacia el consumo de drogas entre los adolescentes que padecen crisis personales y de identidad, y su conexión al absentismo escolar y la insatisfacción institucional, a la conducta violenta y al rechazo familiar. De este modo, los adolescentes consumidores de drogas manifiestan unas creencias distorsionadas sobre sus efectos, mayores disposiciones conductuales hacia el consumo y escasa resistencia a la incitación grupal, todo ello medido mediante el indicador AICATO (actitud global media). Esta tendencia predicha se confirma tanto para los que consumen regularmente tabaco (F= 260.5270; p= .0000) como alcohol (F= 252.2481; p= .0000) y para los que experimentan con drogas ilegales (F= 80.4051; p= .0000) (véase tabla 3).

 

La conexión entre actitudes globales hacia el consumo de sustancias psicoactivas y variables académicas se ha confirmado en los indicadores de insatisfacción institucional (F= 29.1866; p= .0000) -medida mediante tres niveles de respuesta insatisfacción autopercibida, satisfacción e indiferencia-, así como en la actitud respecto a la asistencia al centro (F= 41.2212; p= .0000) -diferencias entre el nivel de respuesta a) «voy a la fuerza/no me gusta ir», b) «voy contento/voy muy contento» y c) «Me resulta indiferente»-, al hallarse puntuaciones medias más bajas en las actitudes hacia el consumo de drogas. Ello es un indicador de una actitud contraria al consumo en aquellos alumnos con mayor valoración del ámbito académico, confirmándose en ambos casos mediante comparaciones post hoc (Tukey HDS). Este hecho se confirma al mantener los casos de absentismo escolar la dirección prevista: actitudes más permisivas entre quienes faltan a clase con asiduidad.

 

En relación a indicadores de graves crisis personales y desajustes emocionales severos («Deliberadamente he tratado de hacerme daño a mí mismo o suicidarme, F= 62.7182; p= .0000), conducta agresiva («Ataco físicamente a la gente», F= 728045; p= .0000) y relaciones con amigos conflictivos («Suelo andar con chicos que se meten en muchos problemas», F= 15.2149; p= .0001) se confirma la existencia de diferencias significativas en el sentido predicho entre los adolescentes consumidores de drogas y aquellos que no experimentan con ellas.

 

Por último, la percepción de un rechazo familiar manifiesto se asocia con unas actitudes más permisivas hacia el consumo de drogas, debiéndose recordar que la percepción de trato discriminatorio junto a otros conflictos latentes y disturbios familiares, tal y como hemos comentado, se relaciona con la iniciación al consumo.

 

El análisis de las variables determinantes de la actitud disposicional hacia el consumo de drogas ilegales y de alcohol se ha realizado mediante sendos análisis de regresión logística, en los que se ha empleado como variable dependiente la citada variable categórica con dos valores extremos (por un lado, disposición favorable, muy favorable e indistinta y, por otro, disposición desfavorable, muy desfavorable). Como covariables se han incluido aquellas relativas a la habituación a las drogas, al contacto con ambientes y compañías de riesgo, al consumo personal, familiar y del grupo de iguales de drogas institucionalizadas e ilegales, así como la evaluación de las habilidades sociales y los factores que miden inestabilidad emocional, desajustes socioafectivos y sociocomportamentales. Se ha utilizado el procedimiento adelante condicional y se han analizado los residuos logit, incidiéndose en el grado de adecuación o no de las covariables seleccionadas y en las probabilidades de los valores pronosticados, así como en la importancia relativa de cada cual y su valor explicativo.

 

Se ofrecen los resultados obtenidos al realizar el análisis de regresión logística correspondiente a la variable de agrupación Disposición personal hacia el consumo de drogas ilegales, con un valor de Chi2 de 136.824 [df(9), .0000] y en el que el grupo predicho 1 (disposición desfavorable) se corresponde prácticamente (96,6%) con el observado. En cambio, menos de la mitad (43,7%) del grupo 2 estaría correctamente clasificado de acuerdo con las covariables seleccionadas (véase tabla 4). Se constata que la mejor explicación de la variable criterio la ofrece la permanencia en ambientes y con compañías incitadoras al consumo, las muestras de receptividad a la habituación a drogas, así como la incitación al consumo de drogas del grupo de amigos y la tendencia favorable a experimentar con cualquier droga. Ello se asocia a la manifestación de escasas y/o desadaptativas habilidades sociales, a conductas delictivas tales como las relativas al absentismo escolar y la desobediencia o a ataques físicos y amenazas y el factor correspondiente a problemas de relación que incluye conductas de reserva y desconfianza hacia los otros y problemas en los vínculos y trato interpersonal.

 

El análisis de regresión logística se completa con la exposición de los resultados obtenidos para la Disposición personal hacia el consumo de alcohol (véase tabla 5). Se ha obtenido un valor de Chi2 de 484.923 [df(9), .0000] y el porcentaje de casos que se ajustan al modelo predicho resulta ser adecuado para la tendencia desfavorable e indistinta (92,3%) y menos válida para la correspondiente a la disposición favorable al consumo (75,0%). Las covariables con mejor valor predictivo son la permanencia en ambientes y con compañías incitadoras al consumo, las conductas de consumo abusivo de alcohol y experimentación con derivados anfetamínicos, así como las relativas al consumo familiar y por parte del grupo de iguales de tales sustancias psicoactivas, junto con el nivel de resistencia mostrado a la incitación al consumo por parte del grupo de amigos y al grado de receptividad a la habituación alcohólica con una manifiesta distorsión de la percepción de riesgo asociada a la mentalidad del usuario. Todas ellas representan las covariables con el mayor peso significativo en la propuesta explicativa de tal modelo de acción.

 

Discusión

En la presente investigación el objeto de estudio se ha concretado en determinar la acción de las principales variables determinantes de las actitudes hacia el consumo de alcohol y otras sustancias psicoactivas por parte del colectivo juvenil. Los resultados muestran que la experimentación con drogas institucionalizadas e ilegales, la distorsión en las percepciones de riesgo y las creencias erróneas sobre los efectos de las drogas, las mayores disposiciones conductuales al consumo y la escasa resistencia a la incitación grupal, entre otras variables, están relacionadas con las actitudes más favorables hacia el consumo. Respecto a la conexión entre actitudes globales hacia el consumo de sustancias psicoactivas y variables académicas se concluye que se confirma tal asociación operativizada mediante el análisis del abandono de obligaciones escolares, la insatisfacción institucional o la actitud hacia la asistencia a clase en el sentido de reportar unas actitudes más permisivas hacia las drogas.

 

Se confirma que la actitud favorable hacia el consumo de drogas está relacionada con las siguientes variables: tendencia a permanecer en ambientes y con compañías incitadoras al consumo, influencia del modelado del grupo de iguales consumidores de drogas, las propias pautas de experimentación, baja valoración en los indicadores de habilidad física, conducta desviada (ataques físicos, absentismo y desobediencia escolar, relación con iguales conflictivos, etc.) y conductas de búsqueda de atención (conductas de fanfarroneo, llamadas de atención, prepotencia, trato interpersonal insidioso, etc.).

 

Ya que el consumo por parte de los amigos influye sobre las actitudes individuales, se incide en la importancia de proponer entrenamientos en técnicas de resistencia a la presión grupal basadas en la potenciación de las competencias psicosociales (véase Botvin, 2000). Por último, entre otros factores, los desajustes personales a nivel sociocomportamental correlacionan con la manifestación de unas actitudes favorables al consumo, tal y como se ha señalado en otros estudios (Chassing et al, 1985, 1988; Miller, Alberts, Hecht, Trost y Krizrk, 2000).

 

En la línea de otras investigaciones (véase Kloep et al, 2001; Martínez y Robles, 2001; Martínez et al, 2003; Moral, 2002) se han obtenido efectos diferenciales sobre las actitudes hacia el consumo de sustancias psicoactivas en función de los indicadores de graves crisis personales, conducta agresiva y relaciones con amigos conflictivos, así como con respecto a las infructuosas relaciones paternofiliales.

 

En resumen, nuestra interpretación teórica de las variables determinantes de las actitudes hacia el consumo de drogas se ha fundamentado sobre: a) la inclusión de factores intraindividuales y macroestructurales de riesgo/protección que modulan las actitudes hacia el consumo; b) la tendencia a ofrecer una explicación probabilística de forma tal que a mayor concentración de factores mayor será la resistencia al consumo o las actitudes permisivas; c) la propuesta de interrelación de factores, unos de influencia inmediata y otros que actúan indirectamente conformando un complejo entramado de influencias (p. ej.: Forns, Amador, Kirchner, Martorell, Zanini y Muro, 2004) y, finalmente, d) la inclusión como variables explicativas de las actitudes hacia el consumo, de factores personales, tales como relativos a la personalidad (hedonismo, impulsividad y búsqueda de sensaciones, agresividad y búsqueda de atención) y cognitivos (creencias y conocimientos), junto a otros factores psicosociológicos (crisis de identidad, relaciones interpersonales, habilidades sociales y apoyo social), así como la implicación de variables microsociales, principalmente las vinculadas al ámbito familiar y al modelado paterno, a la presión del grupo de iguales y variables escolares.

 

Finalmente, se propone que las estrategias de cambio actitudinal a nivel preventivo y/o rehabilitador han de encauzarse mediante intentos de influencia sobre el componente motivacional asociado al consumo de drogas y la disposición conductual, así como modificando creencias y expectativas asociadas a los efectos de la experimentación y a los comportamientos de sus usuarios condicionados por ilusiones de invulnerabilidad y otras creencias erróneas. Estos resultados y las propuestas de intervención están en la línea de otros programas didáctico-preventivos desarrollados en el ámbito académico (véase Gómez Fraguela, Luengo y Romero, 2002; Moradillo, 2003; Wilson, Gottfredson y Najaka, 2001), sin obviar la necesaria responsabilización de otros estamentos socializadores como la familia o la propia acción sociocomunitaria (Garrudo, 2003; Moral, 2002).

 

Agradecimientos

Esta investigación ha sido realizada gracias al apoyo y la subvención concedida por el Rotary Club Internacional -gestionada por el Rotary Club de Mieres, Distrito 2210, en el Programa de «Subsidios de oportunidades para la niñez»-, así como por la Universidad de Oviedo a través de sus ayudas a la investigación 2002. 

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FUENTE:
Red Alyc / Psycothema, No. 18 (01)                           

http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/727/72718108.pdf