La Ley General de Salud, en su artículo 185 Bis, define como “Uso nocivo de alcohol” el consumo de bebidas alcohólicas por: personas con enfermedades crónicas, que desempeñen actividades donde se requieran habilidades y destrezas específicas, menores de edad, mujeres embarazadas, combinar la conducción de un vehículo con el alcohol y consumo excesivo.

En resumen, este concepto refiere a aquellas formas de consumo que provocan efectos perjudiciales para el bebedor, para quienes lo rodean y la sociedad en general, por lo que también en FISAC consideramos al consumo explosivo de alcohol, en personas que se encuentran en tratamiento médico y aquel que proviene del mercado informal.

Todos estos usos representan factores de riesgo a la salud pública que podemos evitar a través de la educación en el consumo de bebidas con alcohol y la promoción de estilos de vida saludables. Por ello, a lo largo de este mes de noviembre compartiremos información sobre estas formas de consumo de alcohol inadecuadas, que coadyuven a elevar la percepción del riesgo y daño al que conlleva el uso nocivo del alcohol.

Actualmente el consumo de alcohol en la población mexicana se expresa en números de la siguiente manera: Dependencia 2.2%, abuso de alcohol 4.0 %, consumo excesivo 27.6%, y abstemios o consumidores que limitan su consumo a menos de 5 o 4 copas por ocasión 66.3%.[1] Esto significa que podemos trabajar en temas de prevención del uso nocivo del alcohol con más del 90% de la población en México.

En una perspectiva del continente -de acuerdo a la OMS[2]– América consume en promedio 8 litros de alcohol puro per cápita. Uruguay es el mayor consumidor de alcohol con 10.8 litros, seguido de Argentina y Estados Unidos de América (EE.UU.) con 9.8 litros. México se ubica debajo de esta media, con 6.5 litros de alcohol puro per cápita.

De acuerdo al Global status report on alcohol and health 2018 el continente americano, al igual que otras regiones del mundo, han disminuido en porcentaje de bebedores respecto al año 2000, mientras que la zona del pacífico occidental -donde se ubican Australia o Nueva Zelanda- aumentó el consumo en un poco más de dos puntos porcentuales.

Sin embargo, también hay temas prioritarios en los que se requiere reforzar el trabajo en conjunto entre gobierno, industria, medios de comunicación y sociedad civil, como: el consumo de alcohol por menores de edad, explosivo y excesivo, en mujeres y el alcohol informal.

Seguiremos trabajando para reducir el uso novio del alcohol a través de los lineamientos que dicten autoridades internacionales y nacionales de salud, en línea con los usos y costumbres de la sociedad mexicana con el fin de lograr una vida sana, que promueva el bienestar para todos, en todas las edades.

Contacto de prensa: Janet Sánchez Quintos, jsanchez@fisac.org.mx, 55459510 ext. 214

[1] Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (ENCODAT) 2016-2017, población de 12 a 65 años.

[2] Global status report on alcohol and health, 2018.