GUADALAJARA, JALISCO (04/ENE/2012).- Para “tranquilizar” a Salvador León Torres, los “padrinos” del centro de rehabilitación Poder Despertar lo amarraron a una tabla y lo golpearon... horas más tarde murió por inhibición bulbar y contusión de cráneo. A Pedro Pérez le dieron “electroshocks” con una máquina de soldar en el establecimiento Cread, lo que le provocó una lesión cerebral. En un “anexo” de la colonia La Perla, cinco hombres murieron intoxicados por alimentos contaminados.

Estas son algunas historias que trascendieron en 2011 y que sucedieron en centros de ayuda mutua del Estado, los cuales se caracterizan por no contar con personal profesional y porque los dirigen ex adictos.

Y aunque la adicción es considerada una enfermedad que requiere atención especializada, la NOM-028-SSA2-1999 permite la existencia de este tipo de negocios y la Ley General de Salud puntualiza que pueden operar con tener un aviso de funcionamiento, lo cual es meramente un trámite administrativo –se puede entregar incluso 30 días después de que se inaugura– que no tiene ningún requisito de salubridad.

La problemática es tal, que los representantes de los consejos estatales para combatir las adicciones han presentado al Comisionado Nacional contra las Adicciones, Carlos Tena Tamayo, una propuesta de reforma de la legislación para que los centros de rehabilitación cuenten obligatoriamente con personal calificado y puedan abrirse con un permiso de salud.

En Jalisco, el titular del Consejo Contra Adicciones, Joel Chávez Rivera, apunta que ninguna autoridad había atendido a los adictos.

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