Dos partes constan de la máquina creada por la empresa G3, una es una pantalla en la que se mostrará publicidad y la segunda es el alcoholímetro que tiene su dispensador de popotes y las instrucciones para hacer una prueba.

Los voluntarios a realizar el examen de alcoholemia deberán colocar un popote en la ranura y soplar durante seis segundos para que la máquina pueda analizar el aliento, señalando luego el grado de alcohol que la persona tiene.

Según la Ley de Vialidad y Tránsito para el Estado de Chihuahua en su artículo 49, establece los estados de ebriedad dependiendo del grado de alcohol en la sangre:

La máquina que tiene un costo de fabricación de mil 500 dólares, funciona de forma gratuita y es totalmente voluntaria para dar a conocer a los usuarios la cantidad de alcohol que tienen en la sangre y por consecuente las acciones que deberán tomar.

El jefe del Departamento de Educación Vial, Salvador Santiesteban Sánchez expresó que la ciudad se convertirá en el primer lugar donde sean instalados este tipo de alcoholímetros, al menos en un programa tan grande como el que se busca crear en Chihuahua, pues éste es el primero de 15 y esperan extenderse a más establecimientos de este giro de negocios.

Con esto, dijo, se busca crear una cultura de la prevención en los automovilistas chihuahuenses que salen a disfrutar de una bebida alcohólica, o dos, en los centros nocturnos para disminuir el índice de accidentes en los que el causante sea la combinación de embriagantes y el volante.

Siendo el objetivo que los clientes regresen a los lugares es por lo que se apoya el programa, explicó el titular de la Asociación de Bares y Antros de Chihuahua, Jorge Alberto Andujo, quien señaló que aún hay quienes no están de acuerdo con este programa, pero se hará una campaña para convencerlos y para afiliar a más centros nocturnos a la ABA y así poder ofrecer a los clientes programas como el del alcoholímetro y el de “Taxi Amigo”.