Con una historia de más de 450 años, el ron es un producto ligado a la identidad de los puertorriqueños, quienes lo llaman “el oro líquido” y tal vez por ello lo comparten con quienes los visitan, como algo realmente valioso.

Además, los sitios por donde llegaron las primeras cañas, aquellos en los que se siembra y, sobre todo, donde se destilan los mejores rones de la isla, convocan a los turistas a involucrarse con esta bebida transparente, que es capaz de transformar el ánimo de quien la ingiere.

Cuentan que la caña de azúcar llegó a América en 1493, en el segundo viaje de Cristóbal Colón. En ese año se plantaron las primeras matas en la isla, lo mismo que en Cuba, y las cosechas prosperaron.

Luego, en 1600, la melaza, que era un producto derivado de la caña, se destiló para crear una bebida alcohólica exótica conocida desde entonces como ron.

Lo cierto es que los destilados, se pueden saborear hoy, distan mucho del licor crudo, sin refinar que bebían los conquistadores. El de ahora, y que goza de prestigio a escala mundial, es resultado de la evolución de un delicado proceso de producción que involucra la fermentación, destilación, añejamiento y mezcla.

La calidad se asegura mediante una legislación local que exige que el licor se añeje por un periodo mínimo de un año, lo cual produce una bebida más suave y con un sabor más balanceado.

En la actualidad, Puerto Rico produce más de 15 millones de cajas de ron cada año. Setente y cinco por ciento de la bebida de ese tipo que se consume en Estados Unidos procede de esta isla.

La firma del murciélago

En 1936, la Compañía Bacardi estableció una destilería en el poblado de Cataño, en el norte del país, aunque ya había iniciado operaciones en Cuba desde 1862.

De acuerdo con la Oficina de Turismo de Puerto Rico, es la empresa familiar de capital privado productora de licores más grande del mundo.

Su destilería en Puerto Rico es la más grande a escala mundial.

Esta empresa administra un Centro de Visitantes, ubicado en los predios de la finca El Cataño. En este lugar, guías especializados conducen a los visitantes a sitios donde pueden aprender sobre el pasado y presente de los productos de la empresa.

Los anfitriones les explican que el ron no se limita a un solo sabor. A nivel local se producen al menos 27 variedades.

También aprenden que el ron más claro o blanco tiene un sabor más sutil, acompañado por un aroma delicado y que es ideal para mezclarse con jugos.

En tanto, el ron dorado u oscuro, añejado, en promedio, tres años, se caracteriza por ser aromático y por su sabor con gran cuerpo y profunda suavidad.

Éste es el que aconsejan los expertos para los cocteles clásicos con cola, ginger ale o servido en las rocas.

Uno de los rincones más representativos de la casa es el llamado patio colonial, que recuerda los de las fincas edificadas por los españoles en la zona del Caribe. Está adornado por el escudo del murciélago.

Dentro de la finca hay una sala de cine en la que se presenta un documental que narra la emigración de don Facundo Bacardi Massó a Santiago de Cuba, donde fundó la empresa y la forma que ese negocio prosperó, hasta fundar nuevas instalaciones en Puerto y otras naciones, todas comandadas desde Bermudas. El recorrido incluye una visita a la sala donde se encuentra la primera destilera, la misma en la que Facundo Bacardi hijo perfeccionó las técnicas de fabricación de ron.

Ahí están los alambiques de cobre originales junto a muchos instrumentos de trabajo que ilustran las diferentes etapas del proceso de fermentación, destilación y reposo del ron de manera artesanal.

Asimismo, hay una sección que muestra la forma en que han sido incorporados los adelantos tecnológicos en la industria, lo que sirve para demostrar cómo ha ido evolucionando el proceso de fabricar ron. Hay algunas fotografías de la planta que tiene Bacardi en Tultitlán, Estado de México.

En el área del lounge está un bar en la que tienen lugar demostraciones de cómo se elaboran cocteles con ron y diferentes mezclas, como la tradicional cuba libre, el daiquiri y el mojito cubano.

En 1865, la familia Serrallés fundó una destilería en su plantación de caña de azúcar ubicada en Ponce. Ésta es la casa que elabora el famoso ron Don Q, uno de los favoritos en la isla, así como otros como Palo Viejo y Ron Llave.

En ese destino del sur de la isla, se encuentra el Museo del Castillo Serrallés, que ocupa las instalaciones de una lujosa mansión de estilo arquitectónico llamado spanish revival, edificada en 1934 por la familia Serrallés.

Ponce es la segunda ciudad en tamaño del país y se encuentra a 90 minutos al sur de San Juan, en automóvil. Cuenta con una colección de más de 500 edificios históricos que datan de mediados del siglo XIX hasta los años 30 del siglo pasado.

Uno de sus principales atracciones es el Museo de Arte de Ponce, diseñado por Edward Durell Stone, el cual resguarda la colección de arte más extensa del Caribe.

Otro sitio de interés en ese lugar es el parque ceremonial indígena de Tibes, que es considerado como el cementerio aborigen más antiguo de las Antillas.

Por otra parte, la firma Serrallés ofrece a los viajeros la oportunidad de visitar Casa Don Q, localizada en el Viejo San Juan, frente al muelle número uno.

Además de ser un museo dedicado a difundir la historia de la producción del ron en la isla, cuenta con tienda de ron y souvenirs. El lugar exhibe varias fotografías de las instalaciones y de la familia Serrallés. También proyectan un video en el que se muestra la forma de elaborar ron.

Se encuentra en el edificio Ochoa, donde además, hay una barra para degustar cocteles realizados con esa bebida.

Después de visitar esas instalaciones es posible dar un paseo para disfrutar del Viejo San Juan, fundado en 1521 y que es considerado como la ciudad capital más antigua del territorio de Estados Unidos. Entre sus sitios de interés turísticos está El Morro, que es una fortaleza construida por los españoles entre 1540 y 1586, para proteger la bahía de San Juan de los invasores.

Asimismo, La Fortaleza, construida en 1540 y que es la sede del Poder Ejecutivo de laisla. En la misma zona está Casablanca, una finca edificada en 1523 para ser la residencia de la familia del primer gobernador de la isla, Juan Ponce de León, hoy convertida en museo.

En tanto, la catedral de San Juan es una de las iglesias cristianas más antiguas del hemisferio. Entorno a ella hay varias callecitas que invitan a hacer un paseo, pues hay varios restaurantes y pequeñas tiendas que ocupan inmuebles coloniales. En esa zona generalmente deambulan turistas que esperan la salida de los cruceros ya sea a pie o en calesas.

El Barrilito de Bayamón

La fábrica de ron el Barrilito se estableció en la hacienda de Santa Ana, en el municipio de Bayamón a principios del siglo XIX y fue una de las primeras productoras de esa bebida en el país.

Ese lugar se encuentra en el noreste de la isla. Todavía está la finca fundada a finales del siglo XVIII, junto a un sitio donde, desde el siglo XVI ya existía un trapiche para procesar la caña y obtener azúcar.

Una de las atracciones del pueblo es el Museo de Arte de Bayamón. Resguarda una magnífica colección de obras litográficas firmadas por los grandes artistas de la pintura europea desde finales del siglo XIX hasta el siglo XX. En la colección permanente del museo se aprecian obras de artistas como Miguel Pou, Oscar Colón Delgado y Rafael Tufiño.

Esas fincas y destilerías, conforman sólo uno de los mundos que encierra la isla y que representa parte importante de la historia y tradición de los puertorriqueños y que pueden disfrutar los turistas de copa en copa, de ron, por supuesto.