Las crisis en la producción de agave han originado líneas de investigación en otros ámbitos diferentes a la elaboración del tequila. Y aunque en la zona tequilera los vaivenes se dieron en el agave Tequilana weber variedad azul, la mayoría de las agaváceas tienen la capacidad de producir fructanos. Fue ante la falta de mercado a la que se enfrentaron los productores de agave, entre los años 2005-2007 (y que aún se prolonga en 2010), que las autoridades empezaron a visualizar nuevas opciones para el exceso de agave, invitando a los productores, en primer lugar, a incursionar en los subproductos, como la miel de agave (jarabes) y la inulina. Al respecto, en el Día del Agavero del año 2005, el entonces delegado de Sagarpa en Jalisco, Francisco Javier Flores Chávez, expresó apoyo de hasta 17 millones de pesos para el desarrollo de proyectos de este tipo de industria. Sin embargo, el tema no resultó de tanto interés para los productores de agave puesto que el problema fue «qué hacer con tanto agave» y cómo recuperar su inversión, mas no buscar nuevas líneas de productos en las que la inversión para obtenerlos debería ir por delante, pues eran tiempos de falta de dinero.

Opciones. Las diversas líneas de investigación que sobre el agave han realizado, dejan nuevas opciones de industrialización para que el productor no se vea en la necesidad de depender sólo de la industria del tequila. Que es el caso concreto de los productores de agave Tequilana weber variedad azul, el único autorizado para la elaboración del tequila. Industrias que se generan de subproductos del agave como los jarabes (miel de agave) o inulinas (fructanos) empiezan a ser desarrolladas y muestran una gran perspectiva tanto en lo económico (para el sector primario) como en la salud (de beneficio para toda la sociedad). Los agaves contienen carbohidratos que ayudan a combatir enfermedades como diabetes, obesidad u osteoporosis, entre otras enfermedades. Estos beneficios se le han encontrado según investigaciones de la doctora Mercedes Guadalupe López Pérez, investigadora titular del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional, cuya sede se encuentra en Irapuato, Guanajuato. La investigadora señala que a través de investigaciones llevadas a cabo en ratones, se ha encontrado los beneficios antes señalados, además de descubrir que incentivan la producción de una hormona que provoca el sentido de saciedad, lo que evita seguir comiendo. Además, menciona López Pérez que también se ha encontrado una recalcificación en huesos, lo que redunda en el reforzamiento del esqueleto.

«Regulan obesidad y hacen que secreten hormonas relacionadas con el apetito, así que alimentarse con ellos disminuye su deseo por consumir alimentos », señala la investigadora. Fructanos. Los fructanos son carbohidratos que se derivan de las plantas de agave, y en realidad se les ha dado el nombre de inulina, aunque también se ha autorizado el término «agavina » por ser un subproducto que se deriva del agave. Los experimentos llevados a cabo en el área de influencia del Cinvestav (Irapuato) han sido sobre la planta de agave Tequilana weber variedad azul, por ser la razón de un problema económico regional, pero en realidad la sustancia la contienen todas las agaváceas (alrededor de 300 especies en el país). En realidad, son fibras altamente solubles pero no digeribles y que no encuentran una enzima que las metabolice desde la boca hasta el intestino delgado, señala la investigadora. Es el intestino grueso el que tiene la flora que puede atacar y ayudar a metabolizar estas fibras, transformándolas en probióticos a través de las bifidobacterias y lactobacilos. La acción de estas bacterias hace que los fructanos se fermenten y se conviertan en ácidos grasos de cadenas cortas dando origen a diferentes ácidos grasos, entre los que se encuentran el butírico, el acético y otros. La otra industria. Fue bajo los estragos de la sobreproducción de agave cuando la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) empezó a canalizar apoyos para que se trabajaran proyectos orientados a la extracción de otros subproductos. En la actualidad, en Jalisco se encuentran aproximadamente tres plantas produciendo inulina y jarabes (fructanos y miel de agave) e incluso ya algunas comercializan en el exterior, aunque tienen la mira puesta en Europa.