Una proporción importante de la carga de mortalidad atribuible al uso nocivo del alcohol corresponde a los traumatismos, sean o no intencionados, en particular los resultantes de accidentes de tránsito, actos de violencia y suicidios, además de los mortales atribuibles al consumo de alcohol tienden, a afectar a personas relativamente jóvenes.

La ingesta de alcohol afecta a las neuronas y hace que el proceso de razonamiento disminuya, aumenta el tiempo de reacción, baja el nivel de vigilancia y atención, además, altera la capacidad para juzgar velocidades y distancias.

Asimismo, causa efectos negativos en la visión con la reducción de campo visual, distorsión de imagen y dificultad de distinguir colores, sensibilidad al deslumbramiento y descoordinación muscular que puede provocar visión doble.

Con la finalidad de mantener la seguridad y salud de la población se recomienda no conducir bajo efectos del alcohol, designar conducir designado que se abstenga de beber o planear una forma alterna de ir o regresar al destino.