En adelante, designará sólo importadores, distribuidores que cubrirán el territorio nacional, por lo que inició en días pasados el cierre de esa subsidiaria, operación que espera concretar antes de finalizar el 2010.

Según fuentes de la empresa, la marca había estado evaluando diversas opciones para mejorar su desempeño en el país y al final determinó, por las condiciones del mercado, cambiar su sistema de distribución.

Por ello, retornará al modelo de exportaciones directas vía importadores independientes y distribuidores locales. Philippe Brechot, agente liquidador de HIC, afirma que Heineken es una marca icónica y la intención es seguir construyéndola en el mercado nacional, por lo que están ultimado detalles para definir el nuevo sistema de operación en el mercado, donde se sigue encontrando entre la oferta.

"Cualquier aumento en impuestos puede tener un impacto en el volumen de ventas de cualquier producto. Sin embargo, esto no ha sido la razón de liquidar la compañía, pues fue el resultado de un estudio muy completo del desempeño del modelo actual después de cuatro años de operación contra los objetivos fijados", explica. También considera que a medida que la economía sigua creciendo, las ventas de la empresa aumentarán. Inclusive en el 2009 subieron en 0,3 por ciento para alcanzar 23.212 millones de pesos.

La decisión de Heineken de comprar a nivel global la unidad de cerveza del grupo mexicano Femsa y una decisión anterior a la fusión de esta de incursionar con sus marcas en el país, como Tecate, también estaría siendo tenida en cuenta para el replanteamiento del negocio en Colombia de la tradicional marca de cerveza holandesa.

La presencia de Heineken en Colombia, sin embargo, ha estado caracterizada por varios rifirrafes con Bavaria, subsidiaria de la surafricana SABMiller y amo indiscutible del mercado nacional, con cerca de 98 por ciento. Con SABMiller, incluso perdió el pulso en el 2005 para comprarle Bavaria a la familia Santo Domingo, por cerca de 7.500 millones de dólares.

En el 2007, firmó un acuerdo para importar y distribuir la marca Budweiser, de la estadounidense Anheuser Busch, que al igual que Heineken distribuyó por años una gran empresa nacional de productos de consumo masivo.