La noche del 15 de septiembre, la gente comienza a realizar los preparativos de la cena, el ambiente huele a pozole, a chiles en nogada, a pancita… ¡mmm! A los sabores de México. La familia comienza a llegar de todos lados, sin embargo han encontrado el punto de reunión: la casa de doña Pachita, o mejor conocida como la abuela. Los tíos, hermanos, hijos, papás, primos y sobrinos, ya todo está listo para empezar con una cena exquisita, la ocasión, la algarabía, los abrazos, las sonrisas y por su puesto, las copas… ésas que pronto se verán repletas de todo tipo de bebidas, agua de jamaica, horchata, limón chía y por qué no, de un buen “curadito” de guayaba, de melón o mejor natural.

Muy bien, si a usted no le gusta el pulque, no se desilusione que el mexicano le podrá brindar cualquier tipo de bebida, pues por tiene una amplia variedad. miínimo una por cada estado de la República, que pueden ser destiladas de uva, piña, manzana, entre otras tantas opciones.

EL MAGUEY

Era una noche tan negra, nada se podía ver alrededor, sólo la luz de las estrellas; Quetzalcóatl con su presencia imponente, pidió a Mayauetl que le acompañara al mundo, una vez en la tierra, ambos se unieron con gran fuerza que se convirtieron en un árbol de dos ramas. La abuela de Mayahuetl, furiosa llegó con las tzitzimime, entidades temibles de los aires, agarraron el árbol con sus manos repletas de furia y comieron la parte que correspondía a Mayahuetl. Cuando Quetzalcóatl recobró su forma, recogió los pedazos de la divina diosa y los enterró, de su hermoso cuerpo surgió el maguey.

También conocido como agave, el maguey es una planta que identifica la esencia del mexicano, muchas leyendas antiguas aseguran que su preciado líquido representa la sangre de los antiguos mexicanos, y es que pocas plantas son aprovechadas en su totalidad. Nuestros ancestros utilizaban esta planta como proveedor de comida, de material para construcción o la confección de ropas, y por supuesto como el corazón que albergaba el líquido que embriagaba su alma.

El aguamiel, líquido que se concentra en el corazón de esta planta, era considerado como sagrado entre los antiguos habitantes del país, mucho se ha escrito de su historia, la utilización de éste no sólo se segmentaba como bebida, también era utilizado como ungüento para enfermedades y otros padecimientos.

El aguamiel es la madre de las principales bebidas mexicanas: tequila, mezcal y pulque.

Debido a su importancia y a la celebración de las fiestas bicentenarias, no podemos dejar a un lado las bebidas tradicionales de los mexicanos, aquellas que de seguro y una vez más dejarán de qué hablar al siguiente día de la celebración.

EL PULQUE

Su elaboración, más que una tradición, es toda una labor artesanal.

Todo empieza con el primer canto del gallo, seguido de un recorrido hasta el monte con hectáreas repletas de magueyes, para comenzar con la elaboración.

En la antigüedad, para prepararlo se necesitaba del permiso divino, los ancestros aseguraban que el maguey debía dar permiso al hombre para ser perforado, es por ello, que la elaboración del pulque necesita una gran inversión de tiempo.

El pulque se obtiene de la fermentación del aguamiel, el proceso de su extracción es conocido como raspado, este consiste en manipular el corazón del maguey para que suelte el jugo que se concentra en sus fibras, una vez sustraído, el fruto se deposita en un recipiente llamado odre.

El proceso suele realizarse en uno o dos días y a ciertas horas del día, pues los taquicheros aseguran que la mejor hora del día son las 5 de la mañana, pues en las tardes aumenta demasiado sla temperatura.

Una vez sustraído el fruto se coloca en barriles de pino o en cazuelas de metal donde se fermenta con la bacteria Zymomonas mobilis, cuya fermentación es de dos a dos meses y medio. Su resultado, un líquido blanco y lechoso que contiene 5% alc. vol.

En una gran fiesta mexicana, no puede faltar en su mesa una jarra fresca de un buen pulque.

EL AGUAMIEL

Esta bebida de origen prehispánico, es tradicional de todos los pueblos de México. Su extracción se realiza del corazón del maguey, para ello la planta debe tener por lo menos ocho años de madurez. El aguamiel también es conocido como un líquido semiblanco con una consistencia babosa, similar al pulque, se equivoca. Aunque en sí tiene un tono muy transparente que llega a “mancharse” dependiendo de la piel del maguey que recubre al líquido.

En la actualidad, esta bebida se consume en algunos estados del país, principalmente en Hidalgo y San Luis Potosí, y se da en climas desérticos, debido al origen de su planta, la cual suele crecer en este tipo de ambiente.

El aguamiel es sustraído por el tlaquichero, nombre que se le da a quién se dedica a la extracción del aguamiel, éste coloca un acocote —el cual tiene forma de popote muy largo— que introduce en la base del maguey para sustraer el preciado líquido.

De esta forma, el aguamiel llega a las mesas de las familias, pues es consumido como bebida alcohólica y utilizado para curar y mejorar distintas enfermedades.

Asimismo, el aguamiel es la base de las dos bebidas más famosas del país, de ella se elaboran el tequila y el pulque.

EL TEQUILA

Todo mundo, sin excepción, lo conoce. Este famoso líquido acompaña, por tradición a cualquier mexicano, y es que quién no ha visto a Pedro Infante, Jorge Negrete o Luis Aguilar acompañado de una gran botella de tequila, la bebida que identifica al mexicano en todas partes del mundo.

Esta fuerte bebida se obtiene de la destilación del aguamiel, sin embargo, los grandes productores de tequila aseguran que el mejor se obtiene del famoso maguey azul.

Su producción se da, principalmente, en cinco estados: Guanajuato, Michoacán, Tamaulipas, Nayarit y Jalisco. El tequila original, debe de ser elaborado en México y tener una pureza de más del 51% de agave, de otra forma, perdería su agradable sabor a quemado.

Esta bebida, de distribución internacional, suele acompañarse de limón y una pizca de sal, pero los catadores de esta bebida, aseguran que no hay mejor forma de tomarlo que solo.

En fin, ya sea con aguamiel, con tequila, con pulque o con cualquier bebida que usted guste, una forma de disfrutar de estas fiestas bicentenarias es levantando su copa y diciendo… ¡SALUD!