Sobre el descuido, citó que más de la mitad de los municipios no cuenta con una Oficina de Atención a la Juventud, resultando en consecuencia que no se hayan puesto en marcha programas fundamentales para dar adecuada atención a ese sector social.

Aunado a lo anterior, recalcó que aumentan los municipios como Jiutepec, Cuernavaca y Cuautla, en donde se les vende de manera indiscriminada bebidas alcohólicas, lo que deja ver todavía más, el descuido que se tiene de parte de los alcaldes, lo cual es imputable a ellos.

Por ello, lamentó y condenó la ola de violencia que se está viviendo en el país, de la cual considera que los jóvenes son un sector muy vulnerable para este problema social.

El funcionario recriminó el hecho de que los alcaldes, con la autoridad que ellos tienen de mandar en sus demarcaciones territoriales el Bando de Policía y Buen gobierno, deberían ser los garantes de la seguridad de los jóvenes, es decir, que se necesita impulsar una nueva cultura donde se regularicen los horarios y la venta de bebidas alcohólicas y cigarros a menores de edad, lo cual es competencia de los ayuntamientos.

Por todo ello, se pronunció porque los presidentes municipales empiecen a colocar la primera piedra de las medidas que se están proponiendo, y la Sociedad en su conjunto, irá aportando el resto de las necesidades para construir sólidas bases de una sociedad que requiere del apoyo de todos sus miembros.

El director del Instituto de la Juventud reiteró, su llamado a los alcaldes, al mencionar que los mismos "también deben invertir en la infraestructura social de sus comunidades, lo cual significa, la canalización de más recursos para los sectores vulnerables, entre los que se encuentran los jóvenes".