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COORDENADAS La recuperación coja.
25/11/2010
Enrique Quintana
Le falta una pata a la recuperación económica de México. Sin ella, tarde o temprano se va a venir abajo.

Las economías, como el clima, funcionan a través de ciclos.

Prácticamente no hay una sola en la que siempre haya crecimiento, o siempre haya caídas. Ni siquiera alguna que esté caracterizada por el estancamiento en el largo plazo.

Estos "sube y baja" se dan en diferentes escalas. Para México, las expansiones de los últimos años han implicado crecer a 5 por ciento, y los retrocesos caer a 6 por ciento. En contraste, en China la expansión significa crecer a 11 por ciento, y el retroceso a "sólo" 8 por ciento.

Si tomamos al crecimiento de la economía, expresado en el crecimiento del PIB, como el centro del ciclo, tenemos algunos indicadores que son anticíclicos y otros que son procíclicos.

Es decir, hay variables que son más estables que el PIB, y caen menos y crecen menos que el conjunto de la economía.

En contraste, hay otros que son más inestables y que tienen caídas profundas cuando el PIB retrocede, y aumentos más fuertes cuando la economía va para arriba.

Hay dos casos muy ejemplares: el consumo y la inversión. El primero es anticíclico; la segunda es procíclica.

Por ejemplo, el consumo privado en 2009 cayó a un promedio de 6.1 por ciento, mientras que la inversión retrocedió a un promedio de 10.0 por ciento.

De acuerdo con las últimas revisiones, el PIB de 2009 cayó también en 6.1 por ciento.

La lógica económica nos dice que en la recuperación se esperaría que el consumo crezca, al menos, poco menos que la economía.

Los datos disponibles señalan que el primer semestre del año la economía creció a una tasa de 6.1 por ciento, mientras el consumo lo hizo a 3.9 por ciento, en promedio.

Hasta aquí no hay ninguna sorpresa. Eso es lo que se esperaría del ciclo económico.

La anomalía viene en la inversión. El crecimiento promedio de la formación bruta de capital fijo en el primer semestre fue de apenas 0.6 por ciento.

Incluso si se toman los datos de inversión a agosto, el crecimiento promedio del año es de apenas 1.2 por ciento.

El hecho de que no crezca la inversión da fragilidad a la recuperación mexicana, como una mesa con tres patas.

El consumo, tanto privado como público, al paso de los meses va a aflojar su ritmo de crecimiento, y éste tenderá a una "normalidad" de 2 a 3 por ciento, probablemente.

Las exportaciones -como ya se ha visto- también van a aflojar. De modo que una de las variables que presumiblemente son las que encabezan el ciclo económico, la inversión, es la que va a marcar el paso.

¿Por qué no se está invirtiendo suficientemente en México?

Independientemente de que hay factores objetivos que inhiben invertir, como los costos de ciertos insumos, como telecomunicaciones o financiamiento, por ejemplo, creo que el factor determinante de que la inversión no crezca lo suficiente es la incertidumbre que prevalece entre los empresarios.

Si se lograra cambiar el estado de ánimo de los empresarios mexicanos, sobre todo de los pequeños y medianos de los que siempre hablamos en este espacio, pues representan la base del tejido empresarial del País, tendríamos otra historia.

Pero la mayoría sigue percibiendo un mercado que no despega, políticas que no los alientan y, en la medida que se acerque 2012, un horizonte en el que no está claro lo que pueda ocurrir después del sexenio.

Con tantos asegunes, se explica que la inversión no encaje en el ciclo económico mexicano.

Fuente: Reforma    
Categoría: INDICADORES ECONOMICOS Y PROSPECTIVA    





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