Depende de factores que tienen que ver con los datos económicos que ven empresarios o expertos, pero también de algo que flota en el ambiente y que no es plenamente definible por ser de carácter enteramente subjetivo... y que también influye en los consumidores.

En los últimos días del año pasado, el consenso entre los expertos era que la economía mexicana crecería a un ritmo de 3.6 por ciento en 2011.

La consulta quincenal que hace Banamex entre expertos arrojó esta semana un promedio de 4.34 por ciento en esa misma expectativa.

Pero no se trata sólo de los expertos. El índice de confianza del consumidor que refleja la percepción y la expectativa de los hogares creció (con cifras desestacionalizadas) en 3 por ciento durante los primeros dos meses del año, y 14.4 por ciento, respecto a febrero de 2010.

Esto quiere decir que la familia promedio en México está percibiendo una situación económica de la que tiene hoy más certeza que en el pasado.

También los empresarios ven las cosas mejor. El indicador de pedidos de la manufactura, que tiende a ser un indicador adelantado de la producción y las ventas, se ha mantenido en terreno favorable, señalando crecimiento, y los datos del primer bimestre fueron los mejores desde 2006.

Va otro indicador. Se trata del índice de precios y cotizaciones de la BMV. Aunque ayer bajó, el indicador se encuentra 2.5 por arriba del nivel más bajo de este año, al que se llegó el pasado 18 de marzo.

La bolsa es también el indicio de que no todo es color de rosa, pues el cierre de ayer todavía está 5.2 por ciento por abajo del cierre del año pasado.

Ningún experto suscribiría hoy la afirmación de que la economía mexicana crecería este año en 5.5 por ciento, como lo sugirió en Londres el Secretario de Hacienda.

En este momento, la estimación más optimista es la de Goldman Sachs, que espera una tasa de 4.9 por ciento.

Pero si el ambiente económico sigue mejorando, no dude que más de un banco o correduría en un par de meses tengan estimaciones por arriba del 5 por ciento.

Nada esencial ha cambiado en la economía de México. Simplemente, en el ambiente se resolvieron dudas respecto al impacto de las crisis en el mundo árabe o quedó más claro que el mercado interno estaba mejor de lo previsto.

Cuando el ánimo positivo se mantiene por un lapso razonable, ocurren círculos virtuosos. Si los empresarios aumentan sus pedidos, entonces otros producen más y para hacerlo contratan más trabajadores y esto genera más ingresos en las familias.

Al mismo tiempo, si la confianza de los consumidores mejora, entonces la gente tiene más disposición para gastar y esto también genera demanda que estimula la actividad económica.

Finalmente, le he comentado en varias ocasiones del "reloj de los ciclos económicos" que habilitó el Inegi en su página.

Con los últimos datos disponibles, se confirma que la economía mexicana está ya claramente en fase de expansión, lo que no se veía desde la mitad del 2007.

No hay garantías de que no haya ni sobresaltos ni tropezones, pero con la información que tenemos en este momento se puede anticipar un buen año para nuestra economía.