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Jalisco… narcobotín en juego.
02/04/2011
Patricia Dávila
Arandas— Murió el 29 de julio de 2010 a manos de elementos de la Marina. Hoy, ocho meses después, habitantes de éste y otros municipios de Los Altos de Jalisco padecen por la ausencia de Ignacio Coronel, tercero en el mando del ‘Cártel de Sinaloa’, cuya muerte detonó la inestabilidad y violencia en territorio jalisciense.

El 22 de marzo, por ejemplo, al filo de las 11 de la noche, cuando la actividad económica estaba en su apogeo lo mismo en bares que en puestos de tacos y entre los vendedores ambulantes, quienes atendían a los clientes, se escucharon ráfagas de metralletas en varias partes de este pueblo de unos 70 mil habitantes.

En Arandas, famoso por su tequila, están asentadas 20 de las firmas productoras más importantes de este aguardiente. Entre otras, Bacardí, que elabora la marca Cazadores; la francesa Pernod Ricard, que manufactura los diferentes tipos de tequila Olmeca; la Centinela, fabricante de tequila Cabrito; La Alteña, que produce Tapatío y El Tesoro don Felipe, El Patrón, marca número uno en Estados Unidos, y la empresa italiana Espolón, productora de Campari.

Este municipio está ubicado estratégicamente, pues conecta comercialmente al centro con el norte del país. De ahí que les resulte atractivo a los cárteles

Varios hombres, a bordo de camionetas, cruzaron el centro de la localidad disparando sus armas. Iban tras un vehículo cuyo conductor intentaba escapar. Lograron cazarlo. Su camioneta quedó atravesada sobre la plaza. Calles adelante el grupo levantó a un lugareño… Su esposa reza porque aparezca.

Dos días después, a la una de la tarde, hubo otra reyerta. De nuevo, un grupo de sicarios cruzó el pueblo. A la altura del fraccionamiento Los Robles, en el libramiento a Betania, al sur del municipio, se escenificó la balacera, protagonizada por pistoleros de La Resistencia y del cártel de Sinaloa, quienes, dicen los vecinos, llegaron a la entidad a recuperar la plaza perdida tras la muerte de Coronel.

Dicen los testigos que la refriega fue a 100 metros de la empresa Bacardí y de una primaria; el terror se apoderó de los alumnos. Duró entre 20 y 40 minutos y, según ellos, los sicarios utilizaron por lo menos 40 camionetas de lujo. En el lugar quedaron 11 vehículos, entre Lincoln, Navigator, Tacoma, Suburban, Ford Excursion, Bora y Stratus. Los reportes oficiales mencionaron sólo dos muertos, aunque algunos residentes acotan que ambos grupos levantaron a sus muertos y heridos.

Elementos de la policía estatal y del Ejército llegaron dos horas después de la balacera. Comenzaron a peinar la zona. En el pueblo, pidieron a los comerciantes que cerraran sus negocios y a los vecinos les recomendaron quedarse en sus casas; las escuelas suspendieron clases. Hoy, la mayoría de los escolares, sobre todo los de primaria, temen salir a la calle.

La Resistencia se formó a raíz del arresto, el 28 de octubre de 2009 en el municipio de Tlajomulco, de Orlando Nava Valencia, El Lobo, líder del cártel del Milenio. Tras la captura de su líder, la organización se escindió y surgieron Los Torcidos y el Cártel Jalisco Nueva generación (CJNG), este último comandado por Nemesio Oceguera Cervantes, El Mencho, quien se alió con el cártel de Sinaloa. Los Torcidos, a su vez, se acercaron a La Familia Michoacana y a un grupo que se separó del cártel de Sinaloa (Proceso Jalisco No. 324).

Vivir sin Coronel

Durante el primer trimestre de 2011, los tequileros dejaron de invertir de más de 200 millones de pesos debido a la inseguridad y adelantan que es probable que prescindan de 30% de sus 15 mil empleados. Actualmente, 50% de los 30 mil empleos en Arandas los proporcionan las firmas tequileras, aseguran a la reportera varios de los productores.

Los restauranteros, por su parte, aseguran que sus ventas han bajado en 50% en los tres primeros meses de este año en relación con el periodo correspondiente a 2010. En este municipio hay 10 fábricas de plásticos, lo que lo ubica como el mayor productor del país en este rubro; además, produce 5 mil toneladas de aditivos al mes, así como películas, botellas y empaques.

Esta rama industrial, que genera mil 500 empleos directos y 6 mil indirectos, también optó por reducir su inversión en 120 millones de pesos entre enero y marzo. Aquí también están asentadas cinco fábricas de ropa, otras tantas de calzado y de plantas forrajeras, así como tres de muebles.

Ubicada a 100 kilómetros al este de Guadalajara, Arandas es considerada la zona industrial más importante de Los Altos. Incluso, su Producto Interno Bruto (PIB) ocupa en quinto lugar en el estado. Es notoria la proliferación de negocios en las esquinas o cocheras, pues la mayor parte de las familias se dedican al comercio. En esta localidad los salarios van de los 800 a los 2 mil 500 pesos por semana; en contraste, en la capital tapatía los emolumentos apenas alcanzan los 400 pesos.

Ante el temor generado por la violencia, algunas las familias optaron por trasladarse a Guadalajara y a Estados Unidos. Así lo hicieron los Bañuelos, dueños de la marca Cazadores; los López, proveedores de El Charro; Javier López, propietario del casino San Javier; los Camarena, de Tequila Tapatío, y los Hernández, de Centinela.

Entre los arandenses es común oír que la zona era controlada por Ignacio Coronel, quien, dicen, “no se metía con la gente”.

Uno de ellos comenta: “Vivíamos tranquilos. Todos sabíamos que conseguir droga era más fácil que tener una Coca-Cola. Llegaba a cualquier bar y le ofrecían droga. Eran vendedores. El encargado de la plaza era más conocido en el pueblo por su apodo El Marro, que en realidad se llamaba Héctor Hernández Rodríguez. No se metía con nadie. Estuvo entre siete y 10 años en la plaza”.

Apenas ultimado Coronel, Arandas perdió la tranquilidad.

Las colonias conflictivas son Infonavit, El Centro, San Pedro, Los Ahogados y La Rinconada, donde son frecuentes los levantones. El 5 de marzo último, la prensa local informó que El Marro fue aprehendido en Arandas. Una de las versiones aseguraba que policías estatales lo golpearon delante de sus hijos y de su esposa.

Venden seguridad

Proceso realizó un recorrido por la región de Los Altos, los habitantes conocen bien los laboratorios en los municipios de Arandas, San Miguel, San Julián y San Diego de Alejandría.

En enero se confirmó el rumor que durante meses preocupaba a los lugareños: En Arandas, La Resistencia instauró el cobro de piso. El primer contacto, dicen, fue por teléfono. Los sicarios informaron a empresarios, restauranteros y comerciantes que cada mes tenían que pagar una cuota para “comprar” protección. Días después, de la manera más normal, un enviado de la organización se presentó a reclamar el pago.

El primero en entregar dinero a cambio de “seguridad” fue el propietario del restaurante de carnitas Javier, el más concurrido del pueblo; le siguieron las tequileras y los propietarios de la industria del plástico. Hoy, en Arandas, todos “cooperan”. Las cuotas van de 20 mil a un millón de pesos.

La tarifa se fija según el nivel de la empresa: Tequila Cazadores, Olmeca, Centinela, Tapatío y El Patrón, por ejemplo, pagan de 500 a un millón de pesos al mes. Las dos primeras, incluso, dan aviso a las plantas que tienen en Estados Unidos.

De manera simultánea, integrantes de La Resistencia comenzaron a realizar patrullajes a toda hora en puntos como los súper Oxxo. Es común, dicen los entrevistados, que los vigilantes informen a través de sus radios y celulares a todo el que sale o entra al pueblo.

Si hay una emergencia a las dos de la madrugada, ellos interceptan el vehículo, lo checan y piden identificación a los ocupantes, les preguntan a dónde se dirigen y cuál es el motivo de su viaje. En Arandas, la policía municipal circula de día. A partir de las once de la noche, los únicos que hacen rondines son los sicarios.

Sin embargo, para los habitantes de este municipio, a partir del enfrentamiento del pasado 22 de marzo se acabó la “seguridad” de proporcionaba La Resistencia. Desde esa fecha, el grupo Sinaloa está en la localidad y disputa la hegemonía de la plaza que antaño tuvo ese cártel con Nacho Coronel.

Otra novedad: los delincuentes de los cárteles evitan robar la carga. Les interesa más checar la factura de la carga: a nombre de quien está, cuánto se pagó por la mercancía, el domicilio a la que va dirigida o quién vende la mercancía. Su propósito es saber el poder económico de los propietarios de la compañía; luego meten la información a su base de datos. Ahora, desde que salen de Arandas, los choferes llevan los datos mínimos del comprador.

La fe, vulnerada

Pero en Arandas no todo es comercio. También hay lugar para las actividades espirituales. En el atrio del templo principal, luce un gran arco del que cuelga la campaña más grande de América Latina y la séptima más grande del mundo. Pesa casi los 15 mil kilos. Este pueblo es 100% católico.

Pese a su fe inquebrantable, nadie acude a los oficios religiosos luego de la balacera del 24 de marzo. El día 30, el panorama era distinto. Hubo rosario a las 6:00 de la tarde. Después se celebró misa y al terminar, cerca de 250 jóvenes abarrotaron el templo en ejercicios cuaresmales.

“Hay psicosis, incertidumbre, zozobra y alarma entre la ciudadanía”, dice a Proceso el director de Seguridad Ciudadana, Uriel Hernández Guerrero. Señala que aun cuando los ciudadanos se reservan mucha información y exacerban otra, él se enteró que todo empezó en octubre, después de una marcha por la paz que abarcó varios municipios.

Ajeno a esa situación, el gobierno de Jalisco se ocupa en preparar los Juegos Panamericanos que iniciarán en octubre próximo.

Fuente: Diario de Ciudad Juárez    
Categoría: CIVYL Y FISAC    





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