Representa un primer paso en la búsqueda para tener una mejor comprensión sobre: i) el tamaño del mercado ilícito de bebidas con contenido alcohólico ii) las preferencias de los consumidores en función del costo, calidad y percepciones sobre la seguridad; iii) el consumo de bebidas alcohólicas ilícitas y su impacto en la salud pública; y iv) los aspectos de política pública relativos a la pérdida de ingresos fiscales, marcos regulatorios, conciencia del consumidor y seguridad.

Los objetivos principales del Estudio son: a) Identificar las fuentes de información disponibles y conocimientos técnicos que brinden información acerca del alcance y naturaleza de los mercados ilícitos de bebidas con contenido alcohólico en México;

b) Calificar las fuentes de información y las estimaciones disponibles; c) Evaluar la congruencia entre las opiniones de especialistas y las estimaciones públicas; d) Llevar a cabo grupos de enfoque y encuestas a individuos para determinar la viabilidad de recopilar información necesaria a nivel individual y familiar (hogares).

Los problemas asociados con bebidas con contenido alcohólico son multi-factoriales. En el ámbito público, las bebidas con contenido alcohólico sin regulación y sin fiscalización son un riesgo a la salud pública, y tienen un impacto negativo en la potencial recaudación de impuestos. En el ámbito privado, afectan al mercado legal de bebidas con contenido alcohólico y minan la confianza del consumidor sobre los productos de marcas establecidas. Las políticas o programas dirigidos a combatir los dos conjuntos de problemas mencionados en el punto anterior, se beneficiarían si hubiera más información sobre el tamaño del mercado ilícito, el funcionamiento de éste (rutas de distribución) y la comprensión de la conciencia y disposición del consumidor por pagar más por bebidas con contenido alcohólico de calidad y seguras.

Una gran variedad de estadísticas oficiales e investigaciones fueron recopiladas y analizadas. Además, se llevaron a cabo entrevistas con funcionarios públicos, académicos y otros expertos en el tema. Las conclusiones generales son las siguientes:

Existe un amplio consenso (sin cuestionamientos) acerca de que el mercado ilícito de bebidas con contenido alcohólico representa entre el “36 al 40%” del consumo total. Esta cifra ha sido mal aplicada y se ha convertido en un hecho aceptado. Una conclusión central de este informe es que sería imposible validar estas estimaciones usando las fuentes de información disponibles.

Existe una gran segmentación del mercado de bebidas con contenido alcohólico, clasificada por urbana-rural y por poder adquisitivo. La población con bajo ingreso tiende a consumir en función del costo y el efecto deseado, mientras que, aquélla con alto ingreso tiende a consumir en función del gusto y el contexto social (lugar donde se consume). Cambios en los precios relativos, a través de una reducción en el IEPS a bebidas con contenido alcohólico, tendrá un efecto en las tendencias de consumo, migrando de bebidas con contenido alcohólico ilícitas y de precio bajo a otras de mayor precio y mejor calidad. Sin embargo, se desconoce y es difícil estimar hasta qué punto la reducción del IEPS invertiría el cambio que se ha dado de bebidas destiladas a la cerveza.

La idea generalizada sobre la reducción en la venta de bebidas destiladas -a pesar del incremento de la población en edad de consumir -, se desprende del resultado del crecimiento de la actividad ilegal, siendo una de varias explicaciones. La evidencia del aumento de ventas durante la década pasada no sostiene el argumento de que éstas son menores de lo que “deberían ser”. Otras razones que podrían explicar la disminución en la tasa de crecimiento de las ventas de bebidas destiladas podrían ser:

- Cambios en las preferencias del consumidor, reflejado en la migración del consumo de destilados (y bebidas tradicionales) a cerveza.

- Reducción en la tasa de abstención a lo largo del tiempo, lo que significa una reducción en el consumo per cápita. Por ejemplo, el número de consumidores está creciendo pero no así el volumen total del consumo, registrando una caída en el consumo per cápita.

- Aunque se registra una disminución en el nivel de la pobreza, el ingreso no llega a la clase media-baja (por lo tanto el crecimiento del ingreso no se traduce en cambios en el consumo de bebidas de la población de bajos recursos).

- Erosión del poder adquisitivo, exacerbado recientemente por los altos costos de los productos básicos y los precios de los combustibles lo que está impactando las ventas de bebidas con contenido alcohólico —lo que podría a su vez ocasionar una mayor adquisición de productos ilícitos de menor costo.

- El crecimiento urbano modifica los hábitos, pasando de una alimentación balanceada hacia comida más procesada y grasosa, así como bebidas azucaradas —los patrones alimenticios tienen influencia sobre los patrones de consumo de bebidas alcohólicas.

- Mayores niveles de obesidad en la población, lo que contribuiría a que se gaste más en comida y menos en bebidas con contenido alcohólico.

o Mayor conciencia sobre la salud y más gasto en materia de salud, lo que llevaría a una mayor abstención y a una creencia de que el consumo de bebidas con contenido alcohólico debe disminuir.

- Los cambios en los hábitos en el consumo de bebidas con contenido alcohólico relacionados a la reducción de la pobreza y a la urbanización, conducen a un cambio relativo en los lugares de adquisición, pasando de “cantinas” y tiendas pequeñas hacia la compra en supermercados, reduciendo en consecuencia las oportunidades potenciales de adulteración.

México se encuentra atravesando una transición demográfica (población adulta en rápido crecimiento), así como una transición en la nutrición y en materia de salud (de enfermedades contagiosas a crónicas y de desnutrición a obesidad), incluidos los cambios en la dieta (de dietas tradicionales bajas en azúcar y grasa se está presentando un acelerado incremento en el consumo de productos procesados adquiridos en supermercados). Puede argumentarse que el país también está experimentando una transición en el sector de bebidas con contenido alcohólico, identificando los siguientes cambios en los hábitos de consumo: i) se ha pasado de un consumo amplio de bebidas producidas localmente (particularmente pulque) y destilados comerciales de bajo precio a cerveza y bebidas destiladas de mayor calidad; ii) de tomar para tener un “efecto alcoholizante” a “beber para disfrutar una buena bebida con contenido alcohólico”, iii) se ha migrado de una extensa gama de destilados genéricos hacia marcas con status social; y, iv) se ha presentado un cambio en los patrones de mercadeo, transitando de pequeñas tiendas y cantinas hacia la venta de bebidas con contenido alcohólico en supermercados y tiendas de conveniencia.

La mayor parte del consumo desinformado de bebidas con contenido alcohólico ilícitas (siendo éste el riesgo más alto en materia de salud pública) está relacionado en gran medida en lugares de barra libre y centros nocturnos. En estos lugares, los márgenes de ganancia son más flexibles, dado que la venta de bebidas con contenido alcohólico y el entorno social relajan los estándares de seguridad y pureza del consumidor. Los consumidores mantienen una baja conciencia sobre la prevalencia de bebidas ilícitas en el mercado, así como de los peligros generados por el consumo de productos adulterados.

Al presente, el conocimiento de la gente sobre los productos ilícitos (por ejemplo, cómo identificarlos) es muy limitado; las encuestas nacionales existentes son extremadamente valiosas pero cada una de ellas presenta diferentes fallas. La Encuesta sobre Adicciones cuestiona poco acerca del reconocimiento de los peligros de las bebidas con contenido alcohólico ilícito, la cantidad consumida, el lugar donde es obtenido, y qué tan preocupados se encuentran los diferentes grupos de consumidores sobre sus peligros. La Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) no proporciona suficiente información desagregada acerca de los patrones de gasto de los distintos consumidores dentro del hogar (adolescentes y adultos jóvenes, tanto hombres como mujeres), y no se enfoca a las bebidas con contenido alcohólico ilícitas como una categoría de consumo separado, ni considera el consumo fuera del hogar, donde probablemente las bebidas con contenido alcohólicas adulteradas son consumidas en mayor medida.

El trabajo de la Fundación de Investigaciones Sociales, A.C. (FISAC) y los resultados obtenidos a partir de los grupos de enfoque preliminares organizados para este estudio piloto, sugieren que: a) la conciencia sobre el consumo de bebidas con contenido alcohólico ilícitas es limitada; b) cuando la conciencia sobre las bebidas con contenido alcohólico es alta, el consumidor está dispuesto a pagar por bebidas de mejor calidad; por lo que, c) el problema tendría que ser atendido simultáneamente desde la perspectiva de la producción, así como la del consumo. Los programas públicos sobre consumo seguro y responsable tienen que, de manera conjunta, prevenir o impedir la producción y venta de bebidas con contenido alcohólico ilícitas, al tiempo que fomentar la conciencia del consumidor ante los riesgos y amenazas contra la salud y seguridad, llevando a un cambio en el comportamiento colectivo.

La conclusión general es doble. En primer lugar, es necesario tener una mayor y mejor comprensión de la diferencia entre los “problemas al beber” y “bebidas problema”. La extendida (y aún en crecimiento) cultura del consumo de alcohol en México sugiere que, calificar negativamente a las bebidas con contenido alcohólico (tal como sucede con el tabaco y las bebidas azucaradas) y difundir mensajes genéricos alentando la “moderación” (como en el caso de la obesidad y el alcohol), no resultaría efectivo para detener la demanda de bebidas con contenido alcohólico ilícitas. Existe una relación entre el incremento de la demanda (vía reducción de la pobreza) y el cambio demográfico (de jóvenes a adultos) ?ambos factores en la próxima década podrían: fortalecer la demanda de destilados de mayor calidad, incrementar la conciencia sobre los peligros para la salud derivados del consumo de bebidas con contenido alcohólico ilícitas y profundizar el entendimiento en la población respecto de que es necesario un comportamiento responsable en el consumo, no solo de tabaco y bebidas con contenido alcohólico sino también con las de alto contenido de azúcar y alimentos altos en grasas y calorías.

Se obtendrían beneficios en materia de salud pública, en caso de que se instrumentara una estrategia que contemple: a) Incrementar la conciencia sobre los daños al ingerir bebidas con contenido alcohólico ilícitas y del consumo excesivo/abusivo de bebidas con contenido alcohólico; b) Implementar políticas que promuevan la migración del consumidor hacia productos seguros y de mejor calidad, sea comida o bebidas;

c) Fomentar el reconocimiento de los vínculos causa-efecto entre las opciones de consumo y las enfermedades crónicas no comunicables; y, d) Contar con consumidores que vigilen y sean como “guardianes” del gobierno que reconozcan y tengan la disposición para reportar productos ilícitos cuando los prueben o los vean.

La segunda conclusión se refiere a que es necesario conocer más sobre la conciencia de los consumidores y la definición de precios e impuestos, y por otro lado desarrollar políticas en materia de salud pública, para las cuales sería útil contar con encuestas cuidadosamente diseñadas sobre el mercadeo/distribución, venta y consumo de bebidas con contenido alcohólico ilícitas.

Colombia pone su grano de arena

Ante la situación tan delicada y los problemas que se presentan con los consumidores colombianos que ingieren bebidas adulteradas, la Fábrica de Licores de Antioquia (FLA) y la Industria de Licores del Valle (ILV), han unido fuerzas con Authentix, un jugador global en autenticación, y Figurazione, un integrador de sistemas, para proteger las bebidas alcohólicas producidas por los principales productores en Colombia.

FLA que cuenta con una cuota de más del 48% de mercado en Colombia y la Industria de Licores del Valle (ILV, son las entidades estatales cuyos ingresos representan una buena parte de los ingresos respectivos del gobierno estatal.

Un nuevo programa de protección de la marca ha comenzado en el país. Estos programas de protección de la marca se implementaron a finales de 2010. Hasta ahora, aproximadamente 100 millones de botellas auténticas de licores han sido protegidas. A los inspectores en todo el país se les ha dotado de equipos de inspección para ayudar a detectar e investigar los productos sospechosos en el mercado. La inspección de más de 300 puntos de venta reveló que el 10% son productos falsificados que conduce a múltiples investigaciones y eventualmente arrestos.

El sistema de Authentix / Figurazione viene con múltiples capas de seguridad, incluyendo un holograma para los precintos de seguridad en el envase del producto y una función secreta para la autenticación.

El sistema también ofrece: una característica incorporada en secreto para la verificación de producto que se ingiera en el campo y para los laboratorios para verificación forense.

Cerca de 1.300 policías e inspectores fiscales del Gobierno fueron entrenados en la verificación de autenticidad del producto en 28 de los 32 Estados de Colombia para enfrentar el problema de falsificación de licores que habían llegado a más del 50% a la venta en algunas áreas.