Los vinos bajacalifornianos han logrado destacar a nivel internacional por su calidad, pero detrás de ellos pocos pensarían que se encuentra la mano de 100 familias rusas que descubrieron en el Valle de Guadalupe una oportunidad de vida. Huyendo del Gobierno ruso que los perseguía por sus creencias religiosas, cristianos molokanes lograron salir de su país y asentarse en el Valle, gracias a un convenio firmado con el Presidente Porfirio Díaz. Actualmente, sólo la vitivinícola Bibayoff es la única con tradición rusa, aunque su capacidad de producción es limitada y está considerada dentro de los vinos artesanales de calidad en la zona.