El miércoles, en Phoenix, los jerarcas de nuestro futbol acordaron tomar una primera medida contra la violencia (que las porras de los equipos no entren al estadio visitante), calificada por Roberto Velázquez en La Afición como efectista e insuficiente: “Es querer matar con insecticida al monstruo que dejaron crecer”. Coincido con él y repito que las fórmulas existen y son exitosas. Aplicarlas es cuestión de voluntad y dinero. Deberían entenderlo Salinas Pliego, Azcárraga, Vergara, Lebrija, Álvarez, Femsa, Cemex, la UNAM, porque de ellos, tanto como de la policía, será la responsabilidad del primer muerto en un estadio.