El único animal que croa como sapo es un sapo. Nadie croa por gusto. La administración municipal de Adalberto Madero padece desde su primer día una plaga de sapos que croan con singular desenfado. Más bien, son Monterrey y sus ciudadanos los que padecen una plaga de sapos desde el primer día de la administración municipal de Adalberto Madero, el gran concertador de la sinfonía de los batracios. Antes de que el gallo cantara tres veces, fue evidente también que dependencias neurálgicas, conectadas funcionalmente a giros negros, alcoholes, espectáculos y comercio, habían sido "concesionadas" a donantes sospechosos de la campaña de Adalberto para la Alcaldía u otorgadas como patentes de corso a amigos y otros cercanos de Blanco, ya para entonces conocido como el vicealcalde.