En México, un amigo gallego me contó esta historia: "Dios creó el mundo en seis días, y el séptimo, feliz ante el resultado y sólo por capricho, creó Galicia". Para quien haya estado en este rincón de España es fácil creerlo. En el Noroeste de la Península Ibérica, de frente a dos mares, se ubica Galicia, una región bellísima, fértil y noble. Un lugar en el que pueblos antiguos, como los griegos, situaron el fin del mundo conocido. Después, los romanos, siguiendo esa creencia, la llamaron Finís Terrae. Homero la inmortalizó al relatar que es el sitio en que "el sol completa su vuelta para luego resurgir por Oriente con el nuevo día". Y dice Juan Carlos Yañez Otero, joven gallego, conocedor de estas tierras y su esplendor: "Galicia es conocida por su clima lluvioso, sus verdes campos, su idioma, su gente -diseminada por todo el mundo debido a la emigracióny, sobre todo, su gastronomía, siendo los mariscos la joya de la cocina gallega".

Y es esa suntuosidad gastronómica la que nos trae esta temporada el Gourmet de El Palacio de Hierro, durante la quincena de Galicia; una riqueza de viandas y vinos para hacernos recordar nuestros viajes por allá, o bien, para invitarnos a conocer esas tierras. Galicia es un destino que ofrece increíbles manjares como premio a quienes lo vistan y en especial a los que se aventuran a recorrer el camino que lleva a Santiago de Compostela, punto de arribo para creyentes peregrinos desde hace más de mil años. Falta tan sólo internarse en esta región por los bellos valles del Bierzo, "la Puerta de Galicia", para empezar a conocer y deleitarse con sus productos: inmensos y deliciosos espárragos como no he visto en ningún sitio, calabacines y frutas deliciosas como ciruela, pera y melocotón, que se disfrutan frescas o en compotas y conservas. Esta es una comunidad que, además, cuenta con una denominación de vinos blancos de un corte particular y de excepcional relación costo/beneficio, como son los de las Rías Baixas, ideales para acompañar los platos a base de productos del mar. Y es sin duda ese mar el que más aporta al renombre culinario de esta provincia; esas aguas frías y violentas de las que los gallegos han sabido obtener, desde hace siglos, manjares como centollas, pulpos y vieras. Qué decir de las pesquerías, que han recorrido estas costas para traernos a la mesa especies de pescado "reinas" como el bonito, el lenguado y el mítico bacalao.

Recuerdo con emoción una cena memorable en la catedral del marisco gallego, el restaurante Casa Marcelo, propiedad de Marcelo Tejedor, joven pero consagrado chef, multi-exponente en Madrid Fusión, en Santiago de Compostela. Platicando con él, me relata su secreto: "No hacer mucho, no tratar con demasiado ahínco, que acá tengo la fortuna de tener a la mano los mejores ingredientes del mar de todo el mundo, fresquísimos".

No sólo en gastronomía ha destacado y trascendido Galicia, también ha aportado al mundo un vino excepcional desde el punto de vista de sus características particulares y su perfecta armonía con esa cultura culinaria basada en productos de mar: el albariño. Frescos, crispeantes y aromáticos, los caldos de los viñedos de la zona de las Rías -una especie de fiordos que desembocan en el majestuoso Atlánticoson el complemento ideal para una comida gallega.

Es así como el Gourmet de El Palacio de Hierro nos transporta este otoño a tierras jacobeas con su oferta de productos envasados, latería fina, dulces y vinos para hacer un peregrinaje gastronómico y personal por el mundo del sabor y el GUSTO.

Nos vemos en la travesía.