La elaboración de un vino tinto.

Aunque muchos disfrutamos del vino, no todos sabemos qué es lo que tiene que suceder para que una uva se pueda convertir en una bebida tan noble y apreciada. Una metamorfosis mágica que en este breve texto te presentamos para un mayor disfrute de los vinos que El Gourmet de El Palacio trae para ti. Por José Ángel Sánchez-Aedo

Si bien los más aficionados ya conocerán bastante del tema, para muchos clientes de El Gourmet de El Palacio de Hierro, su aventura en el mundo de los vinos apenas inicia. Es por ello que decidimos presentar, de manera coloquial y poco técnica, los pasos que se siguen para elaborar un vino tinto:

Directamente del campo, la uva llega a la bodega en "racimo" -es decir, con las varas que sostienen la fruta.

Ya en la bodega se pasa por una despalilladora, que deja sólo los "granos", que se vierten en un gran depósito de acero inoxidable donde se estrujan para que suelten su jugo.

Al estar todos juntos se produce un calentamiento natural -como cuando hay mucha gente en un lugar cerrado-: este calor provoca la fermentación alcohólica, que no es otra cosa que la transformación del azúcar de la uva en alcohol.

Una vez pasado ese proceso, el líquido o mosto sale por debajo del depósito y se vuelve a verter en el mismo por la parte de arriba para que se revuelva con el pellejo que quedó, que es el que le aporta al vino tinto su color y otras características. Esto se hace varias veces hasta que el jugo adquiera el color deseado.

El líquido resultante se pasa a otras barricas o depósitos, en donde se producirá la fermentación maloláctica: es decir, la conversión de la acidez málica (mala) en láctica (buena). Hablamos de "buena" y "mala" sólo en términos de vino. Un ejemplo de acidez málica es la de la manzana y de láctica, la de la leche.

Terminado este proceso y tras ser filtrado algunas veces, el vino pasa a las barricas para su crianza por algunos meses y luego a la botella durante otro periodo antes de salir al mercado. Dependiendo de la DO (denominación de origen), los tiempos varían para vinos de crianza, reserva o gran reserva.