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QrR/Vaquera la biblia
25/10/2009
Redacción Milenio
Hablar del norte en tierras surianas podría serigual de fascinante como entablar un diálogo sobre el Gran ColisionadordeHadrones. Lo digo con conocimiento de causa. He vivido 10 años en estas tierras: por más que intentes explicar, por ejemplo, la relevancia de una tejana en la vida de un hombre común y corriente de algún ranchillo del norte, para los sureños todo se resumirá a las ínfulas de narco de una bola de sombrerudos.

Entrada con acordeón Gabanelli

Hablar del norte en tierras surianas podría serigual de fascinante como entablar un diálogo sobre el Gran ColisionadordeHadrones. Lo digo con conocimiento de causa. He vivido 10 años en estas tierras: por más que intentes explicar, por ejemplo, la relevancia de una tejana en la vida de un hombre común y corriente de algún ranchillo del norte, para los sureños todo se resumirá a las ínfulas de narco de una bola de sombrerudos. Usar botas, además de martirizante, será causa de mofa como siunohubiesesalidoalacalleconelpitode fuera adornado con un moño amarillo. Por el lado musical es peor: en el sur la música norteña se reduce a tres exponentes: Los Tigres del Norte, Los Cadetes de Linares y Ramón Ayala.

De poco servirá intentar mostrarles a Los Pingüinos del Norte, a Juan Salazar, a Los Incomparables de Tijuana, a Los Alegres de Terán, a Pedro Yerena, a LuisyIu]iánoLosDonneños.Todala métrica, metáforas yacordes serán encabronadamente ignorados. El chicoteo ddtololochedeAlejandio Sarmiento junto a Los Parranderos de Medianoche. El bajosexto requinteado de Elíseo Robles, ya seaoomosolista,ocomoprimera voz de Ramón Ayala. El legado de Jorge Martínez, alias El Barracas, revolucionario del bajo eléctrico en la música norteña. El fabuloso solo de acordeón del fiaco Jiménez en La nueva Zenaida o el de Mingo Saldívar en "Rueda de fuego", un coverde Johnny Cash.

Nada, para los surianos o de otras regiones más, todo se resumirá a música de narquiUos, cuando ignoran que el género norteño es más antiguo que el narcotráfico en México. Además, esta música es más mexicanaymáschingonaqueelmariachi, y a las pruebas me remito.

Si para hablar de la huasteca hay que haber nacido allá, para hablar del norte es necesario paladear esa palabra: norte: esa nación que se respira de Querétaro pa'rriba Que se saborea en cada burro de machaca, en cada plato de menudo o en una carne asada con salsa de chiltepín. Con unas frituras Encanto, encanto. Con un bote de Tecate -para los que mueren de sedde medio litro. Que se habla con ese tono golpeao. Que se escucha en cada tema programado en la XEG, la Ranchera de Monterrey. Sí. El norte es el norte.

Estribillo a dos voces

Leer La BfWia Vaquera, de Carlos Velázquez, es sumergirse en una especie de norteñidad resumida. Pero no esa norteñidad tan en boga, plagada de balazos, sicarios y camionetotas. No. Velázquez muestra una visión norteña poco explorada: una que se empapa del lenguaje regional, la adereza con personajes más humanos y la fríe en aceites modernistas libres de esnobismo.

La Biblia Vaquera se mofa de ella misma. Sabiendo que al final terminará riéndose de todos nosotros.

Cito un ejemplo (léase con tono golpeao).

-Perdóname, Paulino.

-No se me apachurre, mi alma. Tranquilícese.

-El doctor dijo que no tengo que quedarme internada niun día. Las quemaduras fueron de segundo grado. Puedo recuperarme en casa.

-Usté no se atiricie. Descanse.

-Paulino. Perdóname.

-La perdono. Pero repose, repose. No se altere, mi alma.

-Yo cómo iba a saber que el gorrudo del baile traía de fuego el trazo.

-¿Cómo era el pelao

-NormaL Debotas, dntopíteaoyhebilla de veinte centímetros de diámetro.

-¿Y cómo se llama

-No sé. No me dijo su nombre. Se me acercó y me pescó pa'l bailongo. En la segunda pieza me comenzó a quemar retupido el cuerpo de onde me tenía apretujada.

-Y qué siguió. ¿Por qué no pidió socorro

-Sí lo hice. Pegué chico gritóte. Eso fue después de que le mirara los pies. No eran de humano. Tenía una pata de chivo y otra de gallo.

-Ah, cabrón.

-Varios sombiEmdossacarDnsus pistolas y sonaron balazos a lo macizo. Nadie supo paónde ganó. El chamuco sólo se apersonó para tatemarme y desapareció.

-Tranquilita, mi alma. Ya pasó.

-Paulino. -¿Eu

-Ora ya me puedes escribir un corrido. Salí en todos los periódicos. Antes muerta que sencilla: el diablo la sacó a bailar. -Se lo compongo, mi alma. -Paulino. -¿Eu

-¿Hace más rato vino un enfermero con unas botas idénticas alas que usté persigue.

-Ah, sí. Las guache en un aparador cuando venía pal hospital.

-¿Las están vendiendo otra vez -Ei. El encargao de la zapatería me dijo que las'tan fabricando otra vez

-¿Y por qué no se compró unas Tanto las quería.

-Es que se me fue la tonada, mi alma. Ya sabe que se me va la tonada. Se me va la tonada.

Remate de chun-tata con final feliz. Siellectorbuscamatarifesquedesa3ainan balas calibre .45; morras buchonas que se caen de buenas por tanta hojalateria y pintura; vehículos de precios obscenos o narcos de película de Valentín Trujillo, déjenme advertirles que no lo encontrarán en La Biblia Vaquera. Acá en el sur, se tiene la idea de que en Ciudad Juárez todos son sicarios y que las mujeres no salen a la calle, ni de noche. Que en Mazatíán no hay alhamíes, porque todos andan sembrando mota en la sierra de Badiraguato. Que en Matamoros nadie vende tacos en la esquina, pues todos los hombres se enlistaron con Los Zetas. Que en Tijuana no hay heladerías porque todos los jóvenes son polleros. Peronoesasíchicurrosychicurras.En Nuevo Laredo también hay hombres que vendenfmtaenlacal]e.EnToneónhay quienes preservan la receta de la birria. Aún hay -ymuchasobreras en las maquiladoras de Tijucina Ixjs zapateros son apreciados en Durango y Hermosillo. Hay familias enteras trabajando en los mercados sobre ruedas de Aguascalientes a Zacatecas.

Existe un país debajo de todo eso que llamamos narco. Hay personas que venden burritos de hielera. Que desean cogerse a una gorda Que venden pollo frito. Que son agentes de ventas en una tienda de botas exóticas. Que se dedican a la lucha libre, a la instalación y a la composición. Gente común y corriente, pero norteña.

Ésa es la fauna que nos ofrece la Biblia Vaquera. Ésas son las historias que arma Velázquez y han llamado la atención de no pocos: por su novedosa visión norteña; por el culto e inmediato sacrilegio de ios ídolos de la cultura del norti y por la caricaturización de esa visión, ese culto y ese sacrilegio.

El universo narrativo va y viene como disco de acetato. Llevando y trayendo juegos de palabras. Anécdotas varias, lo mismo divertidas que enmarcables. Frases que bien adornarán la solapa de un libro, que el parabrisas de un carriión, como: "La vida se meneaba como una descomunal jarra de agua de horchata". Estructuras variables y ritmos de todo tipo. Deificación de lo profano y sorna de la divinidad. Como buena Biblia, y como buen vaquero, um

o

Vaquera

Fuente: Milenio Diario    
Categoría: TIPOS DE PRODUCTO    





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