Ahora los senadores tiene una excelente oportunidad para disminuir el consumo de tabaco y ahorrarle al Estado 21 mil millones de pesos de los 45 mil millones que gasta en atender padecimientos relacionados con esa adicción. Varias encuestas han demostrado que es el impuesto más aceptado. Los diputados avalaron disminuir tal impuesto, con lo que se perfilaron hacia una acción que repercutirá en un grave daño a la salud pública. No se entiende que los diputados, que deben favorecer el bienestar de quienes los eligieron, apoyen a las tabacaleras, que emplean esa estrategia para que se dé únicamente un incremento de 80 centavos por cajetilla en 2010 y un aumento gradual hasta de dos pesos en 2013.