En la planta baja, en la entrada de Reforma, se encuentra el restaurante PF Chang's, el primero de 30 que planea abrir el grupo empresarial mexicano Alsea, operador líder de comida rápida y casual en América Latina, propietarios en México de Starbucks Café. En Estados Unidos hay más de 190 PF Chang's en 15 estados.

Era el segundo día de operación del restaurante. Nos recibieron amables hóstess; por el momento no aceptan reservaciones, así que el sitio estaba lleno y tuvimos que esperar unos minutos.

La decoración es increíble: copias de los guerreros y caballos gigantes de terracota fueron colocados en diferentes sitios. Se siente un gran movimiento, por el ejército de jóvenes y entusiastas meseros que amablemente atienden a los comensales.

Nos asignaron nuestra mesa. El mesero nos sugirió alguna entrada al tiempo que nos entregaba la carta. Del menú nos llamó la atención la oferta de vinos; ofrece medias copas (3.5 onzas), copas completas (7 onzas), garrafas (16 onzas) y botellas, además tiene "tíos", tres diferentes copas de 2.5 onzas cada una por 99 pesos.

Nos fuimos por esta última opción; elegimos un Sauvignon Blanc "Las Moras", del Valle de Tulúm, Argentina; un Roussan/Grenache/Blanc Muscat "Val de Cesse", de Cabezac, Francia, y un Sirah/Merlot "Monte Fiori", de Valle de Guadalupe, del cual habíamos escuchado mucho. Resultó un excelente vino.

En la mesa sirven salsa de soya, vinagre, aceite con chile y mostaza, para acompañar los platillos. Empezamos pidiendo al centro dumplings al vapor rellenos de camarón y vegetales, elaborados a mano, frescos y servidos con una salsa especial agridulce y picante; rollos primavera rellenos de vegetales (vienen dos por orden), y camarones dinamita, rebozados y bañados con una rica salsa picosa, servidos en una copa martinera. Las tres preparaciones fueron una rica opción y maridaron perfectamente con nuestro vino.

Después pedimos un arroz frito cocinado al wok con vegetales, camarones, carne y pollo, que acompañó perfectamente nuestro plato fuerte, el pollo sweet&sour. crujientes cubos de pechuga, combinados con brillantes trocitos de piña, pimiento verde, jengibre rojo, cebolla amarilla y salsa agridulce.

En la preparación de los alimentos no se permite el uso del glutamato monosódico. Tienen sopas, platos con cerdo, res, mariscos, pato, vegetales y fideos. Hay que regresar para probar otros.

Finalizamos con un expreso doble, obviamente de Starbucks, y una mousse de yogur con salsa de moras, ligera y de buen sabor.

Este lugar es una buena opción de comida china, para compartir. No es caro, el servicio es amable y puedes pedir para llevar.

Celia Marín