Por años me pregunté qué demonios le podían encontrar de interesante a un juego que llaman “deporte” y que a juicio de muchos no cumple con la más elemental característica de una actividad deportiva, y sí de un pasatiempo para gente mayor que no tiene nada mejor que hacer que estar perdiendo el tiempo pegándole a una pelota e ir a recogerla montados en un carrito eléctrico (vaya extenuante deporte). Sin embargo, cuando uno se encuentra dentro de un campo de golf y comienza a entender algunos de los sutiles detalles de esta actividad, la perspectiva comienza a cambiar debido a que existen varios elementos que hacen de ésta, una actividad sumamente interesante. Llegué a Cancún con la intención de aceptar una invitación para conocer varios de sus campos y, de paso, tratar de enterrar algunos prejuicios que me han acompañado desde mi adolescencia. A reserva de dejar para otra ocasión las diferencias en torno a sí se trata de un deporte o no, he de confesar que esto del golf tiene muchas cosas que lo hace atrayente. Efectivamente, se trata de un “deporte” de caballeros que se juega en un terreno bello y apacible, en torno al cual se pueden gestar los más diversos tipos de relaciones: desde las más entrañables amistades, hasta las rivalidades más marcadas. Comienza el recorrido El primer punto en el recorrido es el campo conocido como Playa Mujeres, uno de los más famosos y visitados del destino. Llego con reservas y en actitud escéptica, convencido de que lo que veré no variará en absoluto la percepción que durante años he tenido con respecto al golf. Para mi sorpresa, todo cambió en cuestión de minutos. Aquella enorme extensión de terreno de color verde intenso, al principio parece lejana, aburrida y sosa; sin embargo, conforme la recorres te percatas de que en estos lugares priva una atmósfera muy especial. He de confesar que nunca antes me había adentrado en un campo de golf y encontrarse en uno es todo un compendio de sensaciones. Cuando pones los pies en aquella mullida grama, éstos se hunden suavemente como si se tratase de un colchón de hierba; la vista se concentra en las perfectas y onduladas líneas que deja la máquina sobre el césped luego de recortarlo, al tiempo que sientes una tenue brisa que mitiga en algo el calor asfixiante del Caribe. Es una alfombra natural perfecta, plagada de ondulaciones y zonas planas alternadas, que más que contraponerse se conjugan para crear una imagen por demás estética. Un lugar que de no ser por las estrictas formas y cánones que tiene esta actividad, invita a tirarse sobre ella a tomar tranquilamente el sol. Es aquí donde percibes que los verdes no son iguales, que existen marcadas diferencias en la tonalidad, dependiendo de la zona del campo en donde te encuentres. El green, es decir, la zona más cercana al hoyo, tiene un brillo diferente a la del resto del campo, un detalle que quizá no tendría importancia de no ser porque en algunas zonas este verde contrasta de lleno con el azul turquesa del mar de Cancún. Es esto a lo que me refería cuando decía que el golf tiene elementos que lo pueden hacer atrayente para un neófito como yo. Este lugar tranquilo y apacible, en ocasiones hasta solitario, donde priva la calma y es posible escuchar el sonido de las olas que llegan a la playa, hace pensar que este juego es el juego de la calma. Jorge, nuestro guía, aprovecha este breve receso de contemplación para contestar una pregunta. ¿Por qué el golf se juega a 18 hoyos? Más allá de que exista una explicación apegada a la realidad, la razón que nos dio nuestro mentor me pareció divertida y me convenció de que el golf tiene sus encantos. Según cuenta, el golf fue inventado en Escocia y en sus inicios era posible jugar 20, 25 ó 30 hoyos, dependiendo de cuánto resistiera el grupo de jugadores. Sin embargo, como buenos bebedores, los escoceses comenzaron a hacerse acompañar de una botella de whisky para amenizar los juegos, de modo que al finalizar cada hoyo lo celebraban con un trago; hasta el momento en el que se dieron cuenta de que la botella alcanzaba sólo para los primeros 18 hoyos y esta fue la razón de la institucionalización. Estética y belleza natural Quizá uno de los puntos más atractivos de un campo de golf, al menos para un principiante, es precisamente su estética, pues más allá de los atributos de su diseño o su complejidad técnica, los campos son concebidos con la idea de agradar tanto a los jugadores como a los espectadores. De hecho, pareciera ser que las consideraciones estéticas juegan un papel fundamental al momento de diseñar un campo, pues no sólo el terreno de juego es importante, sino también el entorno. De tal forma que hoy en día no es extraño encontrar un campo que cuente con un cenote natural, o que entre sus muchos lagos, artificiales o naturales, subsista fauna nativa de la zona; cocodrilos, por ejemplo. Tanto los hoteles como las empresas que cuentan con estos espacios se han preocupado por reducir lo más posible el impacto ambiental que la construcción de un campo implica y procuran al máximo conservar el hábitat de cocodrilos, tejones, mapaches y hasta venados con crías. Desde el punto de vista de alguien a quien nunca le ha atraído esta actividad, este es un punto a favor de golf que hace pensar que este juego ofrece algo más que un largo paseo detrás de una pelota. Así, luego de toda una tarde de visita a diferentes campos, logré constatar que quizá la mayor belleza de este juego no se encuentra en el juego en sí, sino en todo lo que existe a su alrededor. Me refiero al momento en que estaba justo en medio de un campo, a la orilla del mar, seducido por el atardecer que se robaba mis pensamientos y que me transporta a otro mundo. Justo cuando era tiempo de pegarle a la bola y una voz seca me regresó a la realidad con esa frase de: ¡es tu turno! Detalles técnicos Campo Playa Mujeres. Diseñado por Greg Norman. Abrió sus puertas en 2006. Cuenta con 18 hoyos par 72 y una superficie de 7,218 yardas. Campo Riviera Cancún. Diseñado por Jack Nicklaus. Se abrió en 2008. Cuenta con 18 hoyos par 72 y una superficie de 7,060 yardas. Cancún Golf Club Pok ta Pok. Diseñado por Robert Trent. Es uno de los campos màs antiguos del destino. Abrió en 1976. Cuenta con 18 hoyos par 72 y una superficie de 6,750 yardas, Moon Spa and Golf Club. Diseñado por Jack Nicklaus. Se inauguró en 2002. Cuenta con 27 hoyos par 36 y una superficie de 10,798 yardas. Hilton Cancún Golf Club. Ubicado en el corazón de la zona hotelera. Fue diseñado por Aoki Corporation y Pedro Guereca en 1994. Cuenta con 18 hoyos par 72 y una superficie de 6,734 yardas, Aunque el área de Cancún sólo cuenta con cinco campos, si se toma en cuenta la Riviera Maya y Cozumel, la oferta en la zona se eleva a diez campos y próximamente se incorporarán tres más. Dónde hospedarse Si eres de los que les gusta la diversión nocturna, no dejes de ir al menos una noche a la famosa disco Coco Bongo, un lugar en donde más que una discoteca, encontrarás un foro en el que se disfruta de un espectáculo de alto nivel al estilo de Las Vegas. Cómo llegar Las principales aerolíneas mexicanas cuentan con vuelos diarios a Cancún desde las seis de la mañana hasta las diez de la noche y diversas tarifas, dependiendo de la compañía. Tiempo estimado de vuelo 1:45 horas. Dónde comer Una buena recomendación es John Gray Downtown, ubicado en el centro de Cancún. Es un restaurante de cocina internacional, con una variada y excelente selección de platillos y vinos. Su chef, John Gray, es dueño de cuatro reconocidos restaurantes en la zona de Cancún y la Riviera Maya.