La legendaria banda mexicana que ha incursionado en el ska y en el rock pop, emocionó a los asistentes, recordándoles las canciones con las que crecieron Tras 17 años de carrera musical, ni siquiera interrumpida por el cambio de integrantes, la inmersión en nuevos géneros y los problemas típicos de la escena del rock nacional, Chadow, guitarrista de la banda, rememora en entrevista: “Éramos especialistas en acabar con fiestas”; sin embargo, la noche del 31 de octubre, con la presentación de su quinto disco Aquí y ahora, en el Lunario, Los Estrambóticos demostraron que actualmente la fiesta la llevan consigo. Dezna, Misión Suicida, Buphalo y Quinto serían las nacientes bandas que mostraron sus propuestas ante el público que portaba camisetas con el logo del grupo estelar, y que, después de algunas canciones, entró en calor. Así, casi una hora después del embate musical de los teloneros, un torbellino blanco entró en escena: era Jesús, Leo y Chadow, Los Estrambóticos, que esperaron hasta que su líder vocal, Pinocho, iniciara la batalla escénica. Con “Mi Tamagochi” reventó el ambiente e hizo que los seguidores, que en su mayoría fluctuaba entre las dos y las tres décadas de existencia, recordaran el postulado que una camiseta de souvenir especificaba “Yo crecí con Los Estrambóticos”. Las canciones que en esa larga trayectoria se volvieron leyenda se escucharon en el recinto, que, sí bien no presentó un lleno total, sí logró obtener el suficiente ánimo para que “Me enamoré en la cola de las tortillas”, el nuevo sencillo de Aquí y ahora “No te quise lastimar” y “Te perdí sin darme cuenta”, sumado al cóver de “En el bosque de la China”, el público cantara con Pinocho. Con seguidores que pasaron de un baile tímido a un naciente slam, la emoción culminaría en un espléndido coro de “Camino a ninguna parte”, canción que sirvió como puente para un descanso de la banda. Su regreso fue sorpresivo, y, dada la alusión a la fecha, todos salieron disfrazados: el vocalista sería el más aplaudido, al recrear al muñeco de madera al que hace honor su sobrenombre. La canción final sería la más pedida durante el show: “Peter Punk”, que encumbró al público a recordar y recrear los bailes frenéticos que durante su sólida trayectoria han propiciado. En escena Se presentaron con trajes blancos, semejantes a los de un ninja. El concierto contó con cuatro bandas abridoras cuya plataforma de promoción en Myspace. Por la venta de bebidas alcohólicas, no hubo acceso a menores de edad. En las dos pantallas del recinto se proyectó el logotipo que identifica al grupo desde hace años. Sofía Reyes • Ciudad de México