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ACTÍVATE
01/10/2009
Redacción Inversionista
La falta de actividad, ligada a factores como sobrepeso, edad y herencia genética, puede causar que el organismo actúe en nuestra contra.(...) "Por ejemplo, el origen más común de la embolia pulmonar es una trombosis venosa profunda (TVP) en las piernas -define Alicia Galván, gerente de marca para el área de trombosis en Sanof i Aventis-. Ésta puede presentarse en forma asintomática, de manera que su diagnóstico muchas veces se logra sólo de forma incidental, lo que representa un grave riesgo, porque puede no haber una sola señal antes de que se presente una embolia masiva de consecuencias mortales".


ACTÍVATE Por Andrea Vega La falta de actividad, ligada a factores como sobrepeso, edad y herencia genética, puede causar que el organismo actúe en nuestra contra. Si el ritmo laboral te hace pasar muchas horas sentado en la oficina o haciendo viajes largos constantemente y además no tienes la costumbre de hidratarte bien, aumentan las probabilidades de que sufras uno de los padecimientos silenciosos más nocivos: la trombosis. Se trata de la formación de un coágulo en el interior de una vena o arteria que obstruye el flujo de la sangre, produciendo un aumento de la presión sanguínea explica Alfredo Pérez Cuadra, médico y cardiológo del Instituto Nacional de Cardiológia. En ocasiones se manifiesta con la inflamación de la zona donde se produce la obstrucción y se producen úlceras.

La trombosis venosa puede provocar una embolia si et coágulo viaja a través del torrente sanguíneo hacia algún órgano (como pulmones, corazón o cerebro), lo que puede impedir su funcionamiento correcto, provocando afectaciones graves a la salud. "Por ejemplo, el origen más común de la embolia pulmonar es una trombosis venosa profunda (TVP) en las piernas -define Alicia Galván, gerente de marca para el área de trombosis en Sanofi-Aventis. Ésta puede presentarse en forma asintomática, de manera que su diagnóstico muchas veces se logra sólo de forma incidental, lo que representa un grave riesgo, porque puede no haber una sola señal antes de que se presente una embolia masiva de consecuencias mortales". Lo anterior deja claro que es necesario tomar todas las medidas de prevención posibles para evitar este padecimiento. En principio, hay que averiguar si hay propensión a desarrollar la TVP. Entre los factores de riesgo se encuentran el sedentarismo, el sobrepeso, la edad, el sometimiento a cirugías y las infecciones en general. RIESGO LATENTE Las personas mayores de 50 años están más expuestas a sufrir una trombosis, aumentando el riesgo cuando superan los 70 años de edad. Esto es porque sus arterias pueden estar ya dañadas y su circulación es menos eficiente. En las mujeres, las hormonas son otra causa posible, por eso hay mayor predisposición a estos padecimientos durante el embarazo, y lo mismo cuando se utilizan anticonceptivos o cualquier terapia de reemplazo hormonal. Someterse a una cirugía aumenta también el riesgo de padecer trombosis, porque el cuerpo recibe el mensaje de que debe coagular la sangre que se encuentra en todas las incisiones quirúrgicas. Esto puede crear obstrucciones en las arterias, dado que se pone en funcionamiento todo el sistema de coagulación. Lo mismo ocurre cuando se presentan infecciones de cualquier tipo, ya que provocan un estado Insajes de coagulación. Otros factores de riesgo son la insuficiencia cardíaca y los antecedentes MANTENTE HIDRATADO PARA QUE LA SANGRE TENGA MEJORES CONDICIONES DE FUNCIONAMIENTO genéticos y personales. "En general -advierte Galván-, una persona que ingresa a un hospital tiene 16% de posibilidades de sufrir una trombosis venosa". Pero quizá el factor más importante para desarrollar dicho padecimiento es el sedentarismo. Si se pasan más de siete horas sentado frente a un escritorio o si se realizan viajes largos con frecuencia (que te demanden estar sentado ocho o 10 horas en un avión), y además no se hace ejercicio ni hay una hidratación adecuada, el riesgo aumenta, porque son factores que favorecen la coagulación de la sangre. A TOMAR CONCIENCIA Una forma efectiva de prevenir este tipo de padecimientos es hacer ejercicio, en la medida de lo posible. Por ejemplo, por cada dos horas en que se permanece sentado, hay que levantarse y caminar al menos cinco minutos. Esto no sólo favorece la circulación, sino que también sirve para liberar un poco de estrés y aliviar el tedio También es conveniente mantenerse bien hidratado, consumir dos litros de agua al día, evitar tomar café o bebidas alcohólicas,porque las características químicas de estas bebidas favorecen la deshidratación. En caso de que se tenga programada una cirugía y el paciente tenga sobrepeso, lo mejor es visitar a un nutriólogo o a un médico especialista para que verifique el estado de las venas. Pero independientemente de esta circunstancia, al ingresar a un hospital hay que pedir que se evalúe el riesgo de sufrir una trombosis durante la convalecencia, y en caso de tener un riesgo moderado o alto, hay que exigir un tratamiento preventivo. Dicho tratamiento puede incluir acciones mecánicas, como el uso de medias elásticas (no vendas) o dispositivos de compresión. También se puede recurrir a tratamientos preventivos farmacológicos. En este sentido, Pérez Cuadra dice que una de las mejores opciones es un medicamento inyectable que previene la formación de coágulos. También algunos laboratorios participan activamente ante esta preocupación, estableciendo estrategias para combatir estos padecimientos. Uno de ellos es Sanofi Aventis que ha diseñado el programa Zona Libre de Trombosis, en el cual participan 70 unidades médicas.

Fuente: Inversionista    
Categoría: TIPOS DE PRODUCTO    





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