Hubo ingenuos que creímos (¿supusimos ) que los recién estrenados diputados resolverían primero el enigma y lo solucionarían después. ¿Enigma, cuál enigma Pues sí, el que plantea sin decir cómo, se hizo un tremendo hoyo de 300 mil dólares.

Y no por investigación de ellos, sino por frías cuentas que fueron apareciendo aquí y allá, supimos que se debió en lo fundamental a que el petróleo se acaba. El pozo Cantarell que dio tanto dinero al foxismo, cada día está más agotado. Tanto que ahora tenemos que importar el 40 por ciento de la gasolina y 22 por ciento del gas que consumimos.

Además, nos llegó un tifón de fuera, más precisamente de los Estados Unidos y la querida calle Wall Street donde asientan sus reales los más picudos entre los ultra poderosos. Juntos esos dos datos más los muchos con los que se provee nuestra ineficiencia y acostumbrada irresponsabilidad, dieron al fin la preciada suma de un déficit de ¡300 mil millones de pesos!

Pues bien, nuestros diputados, nuevecitos, tuvieron poco más de dos semanas para buscarle solución y la que encontraron fue aplicarnos una encerrona de castigos. Ya los hemos ido conociendo y ya los padecemos al punto que buena parte del país no funciona, está frenado.

Pronto no se podrán pagar las pensiones de los jubilados, el agua se agota y los ríos son pestilentes basureros, la inseguridad nos hace llevar una contabilidad sangrienta en donde no faltan los apuñalados, los secuestrados, los decapitados; el aire está enrarecido con todo tipo de contaminantes, las leyes se agolpan sin respetarse; nadie tiene confianza en la palabra gubernamental, el temor a la incertidumbre cada vez es mayor. La población se satisface momentáneamente con las mediocres victorias de una selección de los equipos de los grandes empresarios; el público abarrota en casa los canales comerciales buscando una fuga que le permita olvidarse de los abusos que cometen quienes viven del presupuesto. La lista nos agobia: Instituto Federal Electoral, Comisión de Derechos Humanos, cámaras de diputados y senadores, ediles y embajadores, comisionados, ujieres, secretarios, subsecretarios, oficiales mayores, directores, subdirectores, jefes de departamento, jefes delegacionales, organizadores y mil chambas más.

Todo hay que pagarlo con sudor, con esfuerzo renovado. Hay que trabajar más para pagar más y más impuestos. Hay que desprenderse de la tercera parte del fruto de nuestro trabajo, de todo lo que compramos, de utilizar computadoras y si queremos una cerveza o un vaso de tinto, hay que añadirle un IEPES, es decir, impuesto especial. ¿Y los gasolinazas cada mes o cada que quieran

Veámoslo como es, no hay quien vea por nosotros los simples ciudadanos. Ante ellos, los autoritarios que nos circundan, hagamos lo que hagamos, no hay escapatoria.